México es un país con un rico pasado histórico, lleno de tradiciones prehispánicas. La geografía territorial propició en el pasado y sigue propiciando en el presente, una diversidad de costumbres que han marcado una acentuada diferencia y acaso la marginación entre los pueblos indígenas. Con la llegada de los españoles al Nuevo Mundo, el ritual prehispánico de recordar a los muertos, sufrió una transformación ya que operó un sincretismo al combinarse la tradición prehispánica con los rituales cristianos. En el Estado de Hidalgo por el rumbo de la huasteca, se celebra la Fiesta de las Ánimas (Xantolo) y en otros lugares del país, son relevantes los festejos de Mixquic en el D. F., el de Janitzio en Michoacán, el de Oaxaca y el de Zacatecas. Aunque hay variantes en las manifestaciones regionales relacionadas con el Día de Muertos; en todos los lugares donde pervive esta tradición, también hay una coincidencia en la forma de recordar a los muertos. No es una fecha luctuosa, no se trata de una conmemoración triste, apagada, sin brillo y sin color. Es por el contrario un festejo cuyo objetivo es recordar a quienes ya se fueron pero siguen vivos en el recuerdo de familiares y amigos; es el día en que se espera la llegada de las almas que vienen de visita y como a cualquier convidado, se le prepara un recibimiento con respeto pero con alegría.
Varios elementos identifican esta fiesta: la visita a los cementerios, la ofrenda familiar con el papel picado, las flores de cempaxúchitl, el pan de muerto, las calaveras de dulce, el dulce de calabaza. También se acostumbra por estas fechas hacer versos satíricos, llamados “calaveras” dedicados a familiares vivos, amigos, personajes famosos de la política, del medio artístico, etc. Es en fin, una ocasión para festejar a los muertos pero también para echar a volar la imaginación y hacer gala de creatividad improvisando versos que se convierten en epitafios chuscos, oportunidad única para reír y burlarse de la muerte.
El 7 de noviembre del 2003, la UNESCO (United Nations, Educational, Scientific and Cultural Organization), Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, hizo un reconocimiento al festejo de Día de Muertos, declarándolo Obra Maestra del Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad; éste es también llamado patrimonio viviente y constituye la raíz de nuestra diversidad cultural. La Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial convocada por la UNESCO, celebrada en París el 17 de octubre del 2003, lo definió como
“los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana”.
ACRÓSTICO SOBRE LA MUERTE
Para manifestar mi sentido de pertenencia al país y festejar este Día de Muertos, en lugar de una “calavera” -verso satírico-, tomo la opción de un acróstico -poema que usando las letras iniciales, medias o finales del verso, permite formar una palabra o frase, leyendo verticalmente o en otra dirección-. Este acróstico presenta una mirada a la dualidad vida-muerte, a partir de las letras de nuestro reverenciado concepto ENVEJECIMIENTO ACTIVO.
En el jardín de la vida
Nunca se piensa en la muerte
Vivas y odas, bienvenida
Estrellas iridiscentes
Júbilo y algarabía
Efluvios efervescentes.
Coronada por tinieblas
Inocente y sin clamores
Milita la muerte negra
Ignorada, sin honores.
En el jardín de la vida
Tan sólo un recuerdo triste
Otrora visible herida.
Antaño y hogaño opuestos
Conviven la vida y muerte
Tan sólo es cuestión de tiempo
Inicio y final existen
Vida y color al comienzo, al fin
Obscuridad y silencio.
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