domingo, 1 de diciembre de 2013

Los superancianos



Para terminar este año, un tema que a todos los viejos nos debe poner optimistas respecto a los estudios sobre el envejecimiento
Siempre que en diferentes foros se toca el tema del envejecimiento, aparece recurrente su asociación con el funcionamiento del cerebro humano. Y es que la importancia del cerebro en el funcionamiento integral del cuerpo es tal, que uno de los grandes temores es el llegar a padecer algún trastorno que altere las facultades cognitivas de las personas.  Las facultades cognitivas involucran procesos como el aprendizaje, el razonamiento, la memoria, la resolución de problemas, la toma de decisiones, etc.
Por ello toda investigación seria que arroje luz o conduzca a descubrimientos en beneficio de los viejos, debe ser motivo de regocijo no sólo para los mismos viejos, sino para toda la humanidad.  Es el caso de una investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Nortwestern Feinberg, realizada por la doctora Emily Rogalsky.  Ella identificó a un grupo de personas con una edad alrededor de los 80 años pero con cerebros que daban imágenes similares a los de 20 o 30 años, o incluso más jóvenes. Estas imágenes eran tomadas en resonancia magnética, en 3D, y destacaba la capa externa del cerebro, que era más gruesa que los otros participantes del estudio de mediana edad (alrededor de los 50 años), cuando lo normal es que se encoja con el tiempo.[1]
La corteza cerebral, también llamada córtex,[2] es la parte más nueva evolutivamente y la más grande del cerebro.  Es aquí donde ocurre la percepción, la imaginación, el pensamiento, el juicio y la decisión.  La corteza cerebral es el manto de tejido nervioso que cubre la superficie de los hemisferios cerebrales y alcanza su máximo desarrollo en los primates.  Contiene alrededor de 10,000 millones de neuronas y es una delgada capa de materia gris –normalmente de seis capas de espesor- por encima de una amplia colección de vías de materia blanca.  La delgada capa está fuertemente circunvolucionada, es decir, conformada por pliegues en forma de giros, anillos o círculos que si se pudiera extender ocuparía una superficie de 2500 cm2.[3]
Se sabía que en la vejez el número de neuronas –materia gris- disminuye, sin poder hacer hasta ahora una cuantificación exacta de esa disminución. Según la investigación de la doctora Rogalsky,  el grosor del córtex externo del cerebro proporciona una medida indirecta de la salud del cerebro; un córtex grueso sugiere un mayor número de neuronas.  Por otra parte, las imágenes cerebrales obtenidas en el estudio muestran una región profunda del cerebro –la corteza cingulada anterior- que es incluso más gruesa en los superancianos que en cualquier adulto de 50 años.
La importancia de este estudio radica en que hasta ahora se había pensado que la pérdida de materia gris o células cerebrales iba de la mano con el envejecimiento normal.  Los resultados de esta investigación abren brecha para reconocer que hay personas de ochenta años con cerebro similar a un joven de 20 o 30 años, y aunque sean pocas, para ellas es un privilegio poseer cerebros con estas características.  La siguiente tarea, será descubrir, cómo alcanzaron estos superancianos, ese logro.[4] ¿cuál es el secreto?





[1] http://www.medciencia.com/cuerpos-viejos-cerebros-jovenes-el-secreto-de-los-superancianos/

[2] http://www.javeriana.edu.co/Facultades/Ciencias/neurobioquimica/libros/neurobioquimica/corteza.htm

[3] http://es.wikipedia.org/wiki/Corteza_cerebral

[4] http://www.medciencia.com/cuerpos-viejos-cerebros-jovenes-el-secreto-de-los-superancianos/

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