El Arte de envejecer
Con
miras a provocar el interés y aceptación de esta propuesta que desde mi
perspectiva resulta novedosa, atractiva e interesante, el título y el contenido con el que inicio mi
participación de este nuevo año, está
tomado de un libro cuyo autor parte de reflexiones espirituales y se apoya en
otros pensadores y filósofos, para
desarrollar una forma diferente de entender el proceso de envejecimiento que a
continuación intento resumir.
Generalmente
se piensa y se juzga a la vejez y al envejecimiento desde la óptica de los prejuicios
y estereotipos que en otra ocasión hemos mencionado. Sólo que aquí el autor, una y otra vez
insiste en que “envejecer bien es un arte” que requiere un conocimiento acerca
del misterio de la vejez y que es necesario ejercitarlo de buena manera. Como
el arte tiene que ver con la imitación, se requiere pues, la creatividad
personal para conformar lo artístico; es decir, “el proceso de envejecimiento
debe ser creado, configurado”, es personal, individual y cada uno debe
realizarlo por sí mismo. El arte de
envejecer se desarrolla cuando la persona de edad puede tematizar su riqueza
interior y logra ser escuchada por algún interlocutor. Un ejercicico de introspección le permite la
reflexión sobre cuál es el sentido de la propia vida y de la vejez.
Observemos
que en esta interacción se puede ubicar una vez más la necesidad de cercanía
que tienen los adultos mayores; escuchan,
hablan si se les pregunta sin aferrarse,
sin intervenir en los sucesos; pero se
mantienen insertos en la vida y en la comunidad y de esa forma se “transforman
en bendición para los demás”.
Para
ser capaces de hacer de nuestro envejecimiento un arte, antes hay que
encontrarle un sentido a la vejez.
Pero…¿es que tiene alguno?
El
autor plantea el sentido de la vejez, desde estos considerandos:
1)
consiste en reconocer y aceptar la propia edad, la existencia; quien lo hace
adquiere sabiduría;
2)
la persona anciana se encuentra próxima a lo eterno; porque puede abrir la
capacidad de la vida a lo que no tiene principio ni fin, lo que es imperecedero
y sobrevive a todas las transformaciones;
3)
consiste en transformarse en bendición para los demás.
Desde
el punto de vista del autor, es de vital importancia encontrarle el sentido a
la vejez porque es la punta de lanza que permitirá a cada viejo transformarse
en bendición para los demás. Sin embargo, el camino incluye etapas duras como
las siguientes:
·
Aceptación
de la propia existencia. Incluye la bendición de la existencia temporal. Reconciliarse con el pasado, aunque no se
puede cambiar, se puede modificar la visión que se tiene sobre él. Aceptar los
propios límites, sin desánimo. Aprender a convivir con la soledad, es un camino
hacia la sabiduría, porque se vuelve la atención hacia nuestro interior y se
entra en contacto con el núcleo más profundo.
·
El
desprendimiento. “Toda nuestra vida es un continuo desprendernos. No podemos
retener nuestra infancia ni nuestra juventud.
Para crecer y renovarnos es preciso que nos desprendamos constantemente
de lo viejo”. “Cuando nos desprendemos
de nuestra valía exterior, descubrimos que nuestro verdadero valor consiste
meramente en ser personas”. “Debemos dejar ir nuestros bienes, nuestra salud,
nuestras relaciones, nuestra sexualidad, nuestro poder y, finalmente, nuestro
ego”. La muerte es la culminación del
desprendimiento.
Una
vez que ha operado el desprendimiento, y
buscando siempre el camino hacia el envejecer bien, se deben ejercitar
nuevas actitudes que den sostén a la vejez;
forma parte de la espiritualidad, buscar nuevas tareas. También es necesario vivir en comunidad y desarrollar
virtudes como la serenidad, la paciencia, la benevolencia, la libertad, la
gratitud, el amor, que den plenitud a la
vejez.
El
autor reconoce que el envejecimiento tiene su propio sentido, lleva en su seno
un desafío único y es principalemente una tarea espiritual que no es sencilla y
se debe abordar gradualmente a medida que se va envejeciendo.
En
lo personal sus palabras y sus reflexiones me parecen muy útiles no sólo para
los viejos, sino para los jóvenes quienes están distantes de tales
consideraciones porque piensan que la juventud está tan alejada de la vejez que
tardará mucho en llegar.
Libro:
El arte de envejecer
Autor:
Anselm Grün
Editorial
Alba, S. A. de C. V.
México,
Tlaquepaque, Jal. 2012
155
pp.
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