CALIDAD
DE VIDA Y ENVEJECIMIENTO
El concepto de calidad de vida aplicado a los Adultos Mayores es relativamente
reciente ya que fue tomando importancia en las últimas décadas del siglo XX,
paralelamente al aumento de la esperanza de vida lograda. Y frente a esto es
interesante encontrarnos con la paradoja que menciona Solchi Lifac cuando dice:
"... el enorme interés que invierte
nuestra sociedad al alargar el término de vida humana por un lado y por el
otro, el franco rechazo que mantiene frente al producto de tal interés: la
vejez."
¿Cómo
definir la calidad de vida?
Los Organismos Mundiales de Salud, previendo que con la longevidad
se incrementarían las enfermedades y otras se cronificarían, recomienda buscar
formas que agregaran a esos años, una mejor calidad para vivirlos. Desde varias
disciplinas científicas y desde la tecnología en gran medida, se comenzó a
trabajar en cómo alcanzar una calidad de vida que permitiera un buen envejecer
y evitara o retrasara una vejez patológica.
Pero el concepto en sí es más amplio ya que no cubre
exclusivamente lo que atañe a la relación salud-enfermedad sino que engloba
otros términos como:
Estilo de vida, Nivel de vida, Modo y condiciones de vida,
Contexto económico
Social, Nivel cultural, Edad e Historia personal, y por supuesto
ha ido variando de acuerdo a las épocas y a las prioridades en que cada individuo
ubica a sus necesidades.
Vinculado a este punto es importante resaltar la singularidad y
las diferencias que siempre ponen un sello personal a todos los actos y
vivencias humanas. Esto rige con igual rigor para el proceso del
envejecimiento.
La OMS definía la calidad de vida como "la percepción personal de un individuo de su situación de vida,
dentro del contexto cultural y de valores en que vive, y en relación con sus
objetivos, expectativas, valores e intereses"
El gerontólogo chileno Fernando Lolas, dice que
"se
trata, por ende, de un constructo subjetivo, multidimensional y complejo: es la
propia satisfacción, en diversas áreas vitales e incluye aspectos positivos y
negativos"
Creo que se acerca a lo que nosotros tomamos como calidad de vida.
Tomamos al envejecimiento como un proceso de crecimiento,
estructurado en torno al tiempo y marcado por cambios biológicos, psicológicos
y sociales. Lo social lo influye, lo determina en importante grado y forma
parte de lo multifactorial del proceso.
El alcanzar una mejor calidad de vida irá a su vez permitiendo un
buen envejecer y dando base a lo que reconocemos como el nuevo modelo de
envejecimiento que ya se está imponiendo al comenzar el nuevo milenio. El
modelo tradicional ya no es viable, ya que está basado en un concepto
deficitario de vejez, que sólo contabiliza pérdidas y declinación; pero lo
cierto es que todavía está instalado en el imaginario social, en forma de
prejuicios e ideas erróneas.
Los estudios modernos de gerontología parten de que el desarrollo
humano es un camino de crecimiento, que unas etapas dan lugar a otras dentro de
la continuidad de la vida que por supuesto, estructurada como está en torno al
tiempo como dimensión fundamental, tiene un final que como sabemos es la
muerte.
Cada vez hay más individuos que llegan y cursan el envejecimiento
con un grado mejor de salud y lucidez y energías suficientes como para optar a
actividades ya que les espera como posibilidad 20, 25, 30 años más de vida. De
ahí que hablamos de un desafío para los AM y para los que trabajamos con ellos.
¿Cómo
calibrar, medir la calidad de vida en un tiempo en donde tanto malestar
económico,
social, cultural, golpea, margina, discrimina desde la cotidianeidad a los Adultos
Mayores?
Muchos estudios se están realizando, escalas psicométricas con
distintos ítems que dan hasta ahora resultados dispares, porque sin duda las
condiciones y las personas son distintas.
Medir la calidad de vida no es fácil, no hay consenso en la
definición, porque interesan no sólo las condiciones objetivas de vida, que
responden a lo que se considera necesidades básicas, (económicas, culturales,
de salud) y la cantidad de posibilidades y de limitaciones funcionales, sino
además la percepción y la repercusión que de todo ello tiene el individuo.
Los factores objetivos sin duda facilitan o dificultan el
desarrollo de algunas cosas.
El escaso monto de las jubilaciones no ayuda en absoluto y de esto
deberán ocuparse seriamente las autoridades para no tener abultadas cargas sociales
en los próximos años.
Además este magro ingreso en una sociedad precisamente asentada
sobre el consumo, hace que se prive a los mayores, de actividades sociales tan
útiles en esta etapa.
Buscamos incrementar la
satisfacción personal, hablamos de los permisos que son necesarios darse para disfrutar o acceder a cosas que tal
vez quedaron relegadas en el pasado, asignaturas pendientes de distinto tipo.
Para esto es necesario desprenderse de prejuicios e ideas erróneas acerca del
envejecimiento, posicionarse muy bien en este proceso y tender a desarrollar al
máximo las potencialidades que todo ser humano tiene y que no se pierden porque
se envejece.
Es así que tomamos como objetivo extender el envejecimiento
"normal" que llamamos buen envejecer y que está dado por un proceso
que se desenvuelve bajo las mejores condiciones posibles y tendiendo a lograr
una mayor satisfacción.
Algunos autores usan últimamente el término envejecimiento exitoso
(successful aging) en especial en los estudios norteamericanos, pero nos parece
que la palabra exitoso conlleva una exigencia excesiva para el adulto mayor
porque pareciera que sus acciones debieran ser siempre sobresalientes. Por eso preferimos
el de buen envejecer o el de envejecimiento satisfactorio. El opuesto sería el
mal envejecer; el patológico.
Insistimos en que la actividad es necesaria para dar base a la
calidad de vida; entendemos que actividad no es sinónimo de trabajo rentable,
ni de actividad juvenil; aplicamos una vez más el concepto de diferente.
En el envejecimiento actividad significa estar en tareas, pero
tampoco cualquier tarea como frecuentemente se les ofrece a los mayores (en
general de distracción o esparcimientos que si bien son necesarios no son
suficientes).
Nos
referimos a actividades que causen placer, gratificación, desarrollo, ya en lo
intelectual,
como en lo social, en lo corporal, en lo recreativo…
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