Dentro de las demencias degenerativas primarias se
encuentran la demencia del Alzheimer, la enfermedad de Pick y las demencias
asociadas con otras enfermedades neurológicas como la enfermedad de Parkinson o la de Huntington.
De las anteriores, la enfermedad de Alzheimer ha sido la más
investigada y la que ha servido como modelo para el estudio de las otras,
además de ser la mas común, por lo que será la que describiremos con mayor detalle.
La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa,
progresiva e irreversible que afecta al cerebro deteriorando de manera global
las funciones mentales superiores, provocando:
1.
Pérdida de la memoria.- Incapacidad para
recordar personas, nombre, hechos recientes y remotos. Por ejemplo, es normal
ver a alguien en la calle y no reconocerlo, pero recordarlo si lo vemos detrás de
su mostrador en la tienda donde compramos todos los días.
El paciente con Alzheimer olvida los
nombres de sus propios familiares y los desconoce aunque los vea a diario.
2.
Desorientación en tiempo y espacio.- Incapacidad
para ubicarnos en un lugar conocido, además de no poder decir la hora
aproximada, el día de la semana y año. Por ejemplo, no es de preocuparse si
olvidamos en dónde dejamos estacionado el automóvil, pero el paciente de
Alzheimer se desorienta totalmente, al grado de perderse en su propia casa.
3.
Cambios de personalidad.- Actitudes inapropiadas
(no congruentes) a la situación que están viviendo. Por ejemplo, los ancianos
con Alzheimer tienen muchos cambios bruscos de estado emocional, en minutos,
pueden estar tranquilos, tornarse agresivos, tristes, alegres, desesperados y
olvidarlo todo en segundos.
Dificultad en el razonamiento y el
aprendizaje, así como la disminución del sentido crítico.- Dificultad o
incapacidad para llevar a cabo razonamientos lógicos, aprender información
teórica o situaciones prácticas. Por ejemplo, El paciente con Alzheimer
presenta dificultad para sumar y restar operaciones fáciles, también para
analizar situaciones, pues olvida las circunstancias que está tomando en cuenta
para emitir su juicio.
Alteraciones del comportamiento y del
lenguaje.- Conducta inapropiada a la situación y dificultad o incapacidad para
comprender el lenguaje y emitir las palabras adecuadas a la situación o
intención. La perdida de la memoria se refleja en su comportamiento por todo lo
que olvida relativo a la actividad que desempeña en ese momento. Olvida los
nombres de las cosas, por ejemplo: se refiere a “lo húmedo” porque olvido como
se llama el agua.
Todo lo anterior repercute en las
actividades de la vida diaria.
Esta enfermedad se caracteriza por
alteraciones en la corteza cerebral que provocan pérdida importante de las
neuronas, formando placas seniles. Estas lesiones se encuentran en áreas importantes
del cerebro, afectando las facultades mentales. Las causas son hasta ahora
desconocidas, por lo que tampoco existe un tratamiento efectivo. Sin embargo,
se ha reconocido cierta predisposición genética (herencia familiar), asimismo
se presenta con mayor frecuencia en mujeres y en personas con un estilo de vida
pro-oxidante (tabaquismo y alcoholismo).
El diagnostico definitivo de esta
enfermedad sólo se hace a través de un examen del cerebro después de la muerte.
Sin embargo, se puede establecer un diagnóstico precoz con base en las
manifestaciones clínicas del paciente y
en pruebas neuropsicológicas, así como del
examen físico, de laboratorio e
imagen.
Generalmente, se distinguen tres etapas
evolutivas de esta enfermedad, basadas en la manifestación de síntomas. Sin
embargo, existe variabilidad entre la presentación de los síntomas y la
duración de cada etapa.
1.
Demencia leve.- Esta es la etapa en la que se
presenta más dificultad para realizar el diagnóstico, ya que puede confundirse
con otras demencias o padecimientos como la depresión o una infección en los
riñones, por ejemplo. Dura aproximadamente entre uno y tres años y el paciente
tiende a conservar su autonomía para realizar actividades de la vida diaria.
El cuadro se caracteriza por déficit en la memoria reciente olvidando el
lugar en donde dejaron las cosas, los papeles o hacer algún pago; a pesar de
que traten de reconstruir los hechos, difícilmente lo consiguen. Presentan
desorientación temporal y espacial ( no recuerdan la fecha y se pierden en
lugares familiares para ellos ), errores de juicio ( como guardar los zapatos
en la cocina), dificultad para reconocer objetos o nombrarlos y tienden a
comportarse de manera hostil e irritable evolucionando hacia la depresión.
Suelen tener cambios en el ciclo sueño vigilia, confusión nocturna (como
desorientarse, con mayor frecuencia por las noches) y trastornos en el
pensamiento abstracto (dificultad para analizar, por ejemplo, en qué se parecen
un plátano y una manzana).
2.
Demencia moderada.- Se caracteriza por el
agravamiento de los síntomas de la etapa inicial, además de que la memoria
remota se encuentra muy afectada, olvidando etapas de su propia vida. Presentan
déficit importante en el lenguaje, lectura y escritura, así como en la
comprensión y disminución en el vocabulario. Aparecen alteraciones motoras como
temblores, dificultad para caminar, lentitud en los movimientos y movimientos
involuntarios; pierden la iniciativa, la capacidad de cálculo, no reconocen
rostros familiares y pueden no reconocerse ellos mismos ante un espejo. También
suelen tener alucinaciones y delirios y presentar incontinencia urinaria y
fecal ocasional. Esta etapa dura entre 2 y 8 años y sus actividades de la vida
diaria se ven severamente afectadas, por lo que se vuelven dependientes y
requieren de constante vigilancia.
3.
Demencia grave.- Todos los síntomas antes
mencionados son muy severos en esta etapa, al grado de quedar postrados en la
cama en posición fetal. Su lenguaje es incomprensible o presentan mutismo y
total indiferencia al medio externo, hay
incontinencia fecal y urinaria y alimentarlos es complicado, por lo que en la mayoría
de los casos se hace a través de sondas.
Por todo lo anterior, están propensos a padecer infecciones,
desnutrición, deshidratación, úlceras por presión y caídas, sobreviniendo la
muerte .Esta etapa dura entre 2 y 4 años y son totalmente dependientes de sus
familiares o cuidadores.
Dadas las características de esta enfermedad, podemos deducir el
importante e imprescindible papel de los cuidadores y los cuidados que deben de
proporcionar al enfermo y a ellos
mismos, por lo que es indispensable que el
promotor de salud gerontológica les proporcione la información necesaria
acerca de la enfermedad, así como
algunas medidas generales para reducir al máximo los riesgos de accidentes y
orientarlos con respecto a los centros de apoyo a cuidadores y/o familiares de
pacientes con Alzheimer.
Los cuidados generales para el paciente con demencia son los siguientes:
·
Identificar al paciente con una placa o brazalete
que contenga su nombre, dirección, teléfono y el nombre de un familiar o del
cuidador.
·
Informar a los vecinos del padecimiento del
familiar.
·
Evitar que el paciente guarde documentos
importantes.
·
Dar al paciente alimentos fáciles de tragar (suaves
y semisólidos).
·
En caso de atragantamiento, realizar la maniobra
de Hemilch.
·
Retirarle gradualmente el control del dinero y
de sus bienes.
·
Evitar que conduzca un vehículo.
·
Asignarle tareas de menor responsabilidad, como
actividades domesticas o recreativas, haciéndolo sentir útil y positivo.
·
Mantener al paciente en un ambiente fresco e
iluminado.
·
Atender las posibles deficiencias visuales y
auditivas.
·
Procurar mantener un horario para el baño y las
comidas.
·
Procurar en lo posible la autonomía del
paciente, proporcionando apoyo y ayuda, pero evitando una posición de control y
autoritarismo.
·
Colocar relojes y calendarios en sitios
visibles. Así como carteles y dibujos sencillos en las habitaciones y objetos
para orientarlos. Por ejemplo, en la puerta del baño un dibujo que lo
identifique, como la palabra “BAÑO” en letras grandes.
·
Cuidar su higiene personal: baño, corte de
cabello y uñas, limpieza dental, cuidado de prótesis, uso de crema hidratantes,
cuidado de los pies.
·
Cubrir o quitar los espejos y procurar una luz
nocturna permanente.
·
Mantener ordenado y limpio su guardarropa.
·
Retirarle objetos cortantes, punzocortantes,
pesados, rompibles, barreras arquitectónicas que favorezcan las caídas,
medicamentos y aparatos eléctricos.
·
Restringirle en lo posible el acceso a la cocina
y procurar mantener las puertas con llave.
·
Mantener la calma y ser paciente.
El estar informado, saber que
nuestro familiar no es el único que padece esta enfermedad y compartir
experiencias entre los familiares y cuidadores primarios, aligera la carga y
mejora la calidad de vida tanto del paciente como del cuidador o cuidadores,
por lo que es fundamental saber que existen centros de orientación y apoyo en
casi todos los estados de la República Mexicana, por lo que debe preguntar en
los centros del INAPAM, del IMSS, del ISSSTE o en su centro de salud más
cercano.
A la fecha, no existe un
tratamiento farmacológico definitivo para esta enfermedad, sin embargo, el
manejo de antidepresivos y ansiolíticos indicados por el médico puede ser de
gran ayuda, conjuntamente con las medidas generales ya mencionadas.
En la ciudad de México los
centros de apoyo más conocidos son los siguientes:
1.
Asociación Mexicana de Alzheimer y Enfermedades
Similares (AMAES). Insurgentes Sur 594-402 colonia Del Valle, México, D.F. Fax.
5523 1526.
2.
Fundación Alzheimer, Alguien con Quien Contar,
tel. 5575 8320, 5675 8323.
3.
Grupo de Apoyo Centro de Día “Francisco Espinoza”.
Av. División del Norte 1044, colonia Narvarte.
4.
Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador
Zubirán “. Clínica de Geriatría. Vasco de Quiroga 15, colonia sección XVI,
Tlalpan.
5.
Instituto Nacional de Neurología. Clínica de
Cognición. Insurgentes Sur 3877, Colonia la Fama, Tlalpan. Tel. 5506 3822.
6.
Hospital Regional “Adolfo López Mateos” ISSSTE.
Servicio de Geriatría. Av. Universidad y Río Churubusco.
7.
Hospital General de México. Servicio de
Geriatría. Av. Cuauhtémoc y Dr. Lucio.
*Alicia Arronte Rosales.
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