domingo, 9 de febrero de 2014



Longevidad y proyecto de vida



En una oportunidad anterior -agosto de 2013- en la que partíamos de la idea de crear conciencia sobre la longevidad, nos referíamos a las diversas acciones que consideramos necesarias dentro de un marco social heterogéneo, para que el trato a los mayores deje de ser discriminatorio.  El énfasis en aquella ocasión se hacía en todos los miembros de la sociedad en la que se encuentran inmersos los adultos  mayores.  
Esta vez, queremos destacar la importancia de que el propio adulto mayor, tome conciencia de su condición, trate de verla con objetividad  y revalore toda su experiencia de vida -situación un tanto difícil porque se convierte en juez y parte-, pero no imposible-.  Esta también es una nueva acción en la vida de los viejos que surge como una necesidad a causa de la longevidad.
Antiguamente el corto promedio de vida de las personas, les impedía hacer planes después de los cuarenta, y mucho menos después de los sesenta.  Con el incremento del promedio de vida, los otros tantos años que siguen después de los sesenta o sesenta y cinco, hoy permiten y hasta se podría decir que exigen a los mayores,  un replanteamiento de los objetivos y metas que según cada caso particular los pueda mantener ocupados por el resto de sus días, en tanto las condiciones de su estado físico sean saludables.
El asunto de la longevidad, derivado de acertadas políticas gubernamentales en materia de salud,  de logros en los estudios científicos, de los aciertos médicos y de tantos cuidados prodigados a la población en proceso de envejecimiento, ha resultado ser motivo de preocupación en muchos sentidos para los gobiernos del mundo. Este grupo etáreo en franco y acelerado incremento,  amenaza la economía mundial al pronosticar que en el mediano plazo puede llegar a ser insostenible el pago de pensiones por ejemplo.  En este aspecto y en otros más los gobiernos del mundo deben tomar medidas que ayuden a resolver el problema que se avecina.
A nosotros como componentes del grupo etáreo, nos interesa esta vez proponer a los adultos mayores de cuarenta y cinco años, la elaboración de un proyecto de vida que ante todo los lleve a la reflexión de que hoy por hoy, la vida no termina a los sesenta con la jubilación.  Que aunque nadie tiene la vida comprada, la expectativa basada en estadísticas es que esta vida se prolongue en promedio veinte años después de los sesenta y que por tanto, se hace necesario planificar y direccionar el rumbo que inicia después de la jubilación.
Un proyecto de vida es útil cuando se va a elegir profesión o carrera universitaria, cuando se va a elegir pareja para casarse, cuando se va a realizar un viaje corto o largo, cuando se va a cambiar de residencia, cuando se va a cambiar nacionalidad, cuando se decide el número de hijos que se han de procrear, cuando se va a realizar un divorcio, cuando se va a cambiar de trabajo o actividad.  El retiro laboral implica que se va a dejar de trabajar y se va a cambiar de actividad.  Para efectos prácticos es necesario “ocuparse”,  la ociosidad y el tedio deterioran la salud.  Mantenerse ocupado e interesado en trabajar sostiene la ilusión por lo que se hace y permite mantenerse comunicado con la sociedad, con el mundo. Si además se consigue una actividad remunerada, se evita ser una carga para la familia y para la sociedad.
En resumen, un proyecto de vida no es privativo de las personas jóvenes. Un proyecto de vida ayuda a mantener el interés por el cumplimiento de objetivos o metas y se puede realizar siempre que sea necesario, esto es, cuando algún cambio en el curso de nuestra vida, nos obligue a replantearnos una situación diferente; el proyecto de vida se puede modificar, se puede adecuar, se puede actualizar, es tan dinámico como la vida misma.
¿Cómo realizar un proyecto de vida?
En la red hay muchas sugerencias para la realización de un proyecto de vida, pero hay puntos importantes que se deben considerar:
                         1)    Definir qué se quiere lograr
                         2)    Analizar fortalezas y debilidades
                         3)    Marcar estrategias para lograr los objetivos

                         4)    Tomar acciones

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