La regla de oro
Este
espacio está dedicado a hablar de las Redes Sociales o Redes de Apoyo a las que
en otras oportunidades se han definido (abril de 2013), se han ejemplificado (julio
2013), se han comentado sus beneficios (febrero y marzo de 2012), también se ha
hablado del sustento legal que las regula (enero de 2012).
Esta
ocasión se comenta la importancia de la “regla de oro” que es una de las
denominaciones que se ha dado a un principio moral general universal que se
expresa así: trata a los demás como querrías que te trataran a ti (en su
forma positiva) o no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti
(en su forma negativa).
Esta
“regla de oro” se encuentra bajo
distintas formulaciones en prácticamente todas las culturas, religiones o
filosofías; defiende una dinámica de relaciones intersubjetivas basada en el
sentido común y en el principio de no agresión. La que puede ser la primera versión de
la “regla de oro” puesta por escrito,
está tomada de La historia del campesino elocuente, una traducción
inglesa de R. B. Parkinson; dicha obra de moda en Egipto durante el Imperio
Medio dice: “haz por aquel que puede hacer por ti, de modo que le induzcas a obrar
igual” (Wikipedia).
Algunas formulaciones filosóficas
del mismo principio dicen:
·
Minimizar
el daño de los pocos y de los muchos, para así maximizar la felicidad de todos
(Ética de la reciprocidad, Epicuro, Antigua Grecia).
·
Lo
que tú mismo temas, no lo hagas a los demás, lo que deseas, hazlo a los demás
(Regla de la Empatía, parte de nuestros deseos y temores, Hans Reiner, 1896-1991,
alemán).
·
Lo
que reprochas a otros, no lo hagas tú mismo; debes actuar como juzgas que los
demás deben hacerlo (Regla de la equidad, parte de nuestros juicios de valor,
Reiner).
Formulaciones en distintas
religiones:
·
La
naturaleza sólo es buena cuando no se hace a los demás, nada que no sea bueno
para uno mismo (Zoroastrismo).
·
No
impongas a otro, lo que no elegirías para ti mismo (Confucionismo).
·
No
hieras a los otros de una forma que tú mismo encontrarías hiriente (Budismo).
·
Considera
la ganancia de tu vecino como tu ganancia y la pérdida de tu vecino como tu
pérdida (Taoismo).
·
Trata
a los otros como te tratas a ti mismo (Hinduismo).
·
Lo
que es odioso para ti, no se lo hagas al prójimo (Judaismo).
·
Amarás
a tu prójimo como a ti mismo (Judaismo).
Estas formulaciones
filosóficas y religiosas son coincidentes en el sentido de que procuran la
equidad de trato entre semejantes. Las
filosóficas hablan de minimizar daños para maximizar felicidad; hablan también
de temores y deseos personales en reciprocidad y actitudes reprochables ajenas
que no podrían disculparse en la propia persona que juzga. Por su parte las formulaciones
religiosas establecen pautas de comportamiento moral del ser humano en sociedad;
es decir, acciones que se deben hacer o evitar para conservar una buena
convivencia social.
La filosofía moderna extrae a
la “regla de oro” del contexto religioso y la convierte en fundamento de la
ética entendida como un sistema de principios universales de convivencia que
todos los hombres pueden compartir:
Actúa de tal modo que puedas
igualmente querer que tu máxima acción se vuelva una ley universal (E. Kant, 1724-1804,
Prusia).
La ética abarca el estudio de
la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir. Dentro de la ética
contemporánea, la ética normativa estudia los posibles criterios morales para
determinar cuándo una acción es correcta y cuándo no lo es. El ejemplo clásico
de un criterio semejante es precisamente “la regla de oro” (Wikippedia).
Después de revisar las
consideraciones anteriores, se entiende la importancia de su observancia y
aunque sus orígenes son tan remotos y quizá precisamente por ello sabemos que
el tema ha sido de interés desde siempre y sigue siendo vigente.
Una formulación más, es una
aportación de un ilustre mexicano denominado Benemérito de las Américas
-merecedor de reconocimiento por su triunfo sobre la intervención extranjera de
1867 en México- autor de otra no menos
ilustre frase: “entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Esta frase es moral en el sentido de que es
una regla que rige el comportamiento humano en relación a la sociedad. Contiene
la virtud –el respeto- como cualidad
buena del ser humano. Contiene el deber
–respeto al derecho de otros- como un compromiso que nace del fuero interno
individual. Contiene la felicidad –la
paz- cualidad interna de satisfacción y alegría. Finalmente, pretende el buen vivir, como un
modelo de vida justo para la convivencia armoniosa de la sociedad.
Esta frase a la luz de la
filosofía moderna, es como ya lo
infirieron es de Don Benito Juárez García.
Como corolario me resta decir
que como personas adultas mayores, a lo largo de nuestra historia de vida,
hemos transitado los mismos caminos de muchos semejantes con los que
experimentamos cordialidad a veces, disgusto también, alegría, tristeza,
desilusión, etc. etc. etc. En alguna
ocasión nos preguntamos ¿cómo me porté yo con esa persona? ¿será que esa
persona era difícil? ¿o será que la difícil era yo? ¡¡Quién lo sabe!! El pasado ya se fue y no lo podemos cambiar,
pero nuestro presente podemos mejorarlo
en el ámbito de las relaciones interpersonales observando “la regla de oro. Sólo seamos sinceros y actuemos convencidos
de que la prudencia es la actitud de las personas inteligentes.
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