Inteligencias múltiples
El título de este comentario es muy sugerente y al mismo tiempo prometedor. Sugerente porque en el lenguaje cotidiano común, la inteligencia –en singular-, es considerada como la facultad de comprender y conocer, es privativa del ser humano y lo distingue de los animales; sin embargo esa facultad se antoja a veces escasa en muchos de los comportamientos humanos y sin embargo aquí se utiliza en plural; gramaticalmente, es entonces un sustantivo abstracto que remite a pensar que el ser humano puede tener no sólo una, sino más de una inteligencia. Prometedor porque esa facultad del género humano enunciada en plural, y que contiene el adjetivo “múltiples” al parecer, está indicando algo que no es sencillo -lo opuesto a múltiple- y que además es capaz de potencializar las posibilidades de comprensión y conocimiento si es desarrollada suficientemente; en otras palabras, el título sugiere que la inteligencia es una facultad humana que encierra varias capacidades y que es susceptible de modificación, corrección, mejoramiento; el adjetivo enfatiza la pluralidad del sustantivo.
Para
abundar en el tema, al análisis gramatical, incluyo algunas definiciones. La palabra inteligencia –en singular-, desde
su etimología –del latín intelligentia- indica la cualidad del que sabe escoger
entre varias opciones; es decir, ser inteligente es saber elegir la mejor
alternativa entre varias, saber leer entre líneas y saber discutir, analizar,
deliberar y dar un veredicto. [1]
El Diccionario de la
Real Academia Española, enuncia siete conceptos de inteligencia: capacidad de
entender o comprender; capacidad de resolver problemas; conocimiento,
comprensión, acto de entender; sentido
en que se puede tomar una sentencia, un dicho o una expresión; habilidad, destreza y experiencia; trato y correspondencia
secreta de dos o más personas o naciones entre sí; sustancia puramente
espiritual.
Considerando estas
definiciones el concepto de inteligencia resulta polisémico y en consecuencia,
una persona inteligente, es decir, dotada de inteligencia, tendría que ser de
acuerdo al mismo diccionario, sabio, perito, instruido; y eso implicaría que
tal sujeto debería ser poseedor de varias capacidades, habilidades, destrezas y experiencias. La inteligencia de los inteligentes, enmarca
un atisbo de pluralidad.
Ahora un poco de historia. La inteligencia –siempre en singular-, es un
concepto que ha ocupado el interés de los filósofos desde la antigüedad
(Platón, Aristóteles). Dentro de estas
notas y en un intento de acercamiento a la comprensión del concepto desde el
ámbito de la psicología –ciencia del comportamiento humano-, encontramos
algunas definiciones de inteligencia que la consideran como la capacidad de
adaptación a situaciones nuevas; otras
definiciones se refieren a la capacidad de aprendizaje; algunas más se refieren a la capacidad
cognoscitiva general. [2] Y en esta diversidad de definiciones, se
percibe el “carácter poliformo y abierto de la inteligencia. [3]
En términos llanos, los mismos profesionales de esta
disciplina aceptan que la inteligencia puede manifestarse de diversas formas y
es difícil encuadrarla o reducirla a una definición unívoca.
Los
estudiosos de la inteligencia, no sólo se han ocupado de definirla, además han
intentado medirla. El inglés Francis
Galton (1822-1911) -dicho sea de paso,
primo de Charles Darwin-, basa su concepción de la capacidad intelectual en
procesos mentales y sensoriales simples y elabora pruebas para evaluar toda
clase de parámetros psicofísicos (agudeza visual, capacidad respiratoria, etc). Para él, el factor más importante de la
inteligencia es genético y no ambiental.[4]
El
francés Alfred Binet (1857-1911), desarrolla una concepción de inteligencia más
centrada en sus productos que en sus constituyentes básicos, incluye pruebas
destinadas a explorar procesos mentales de orden superior (memoria,
comprensión, juicio).[5]
En asociación con Théodore Simon, Binet desarrolló unas escalas (llamadas de
Binet-Simon) para la medida de la inteligencia de los niños, en las que
introdujo el concepto de “edad mental” y que fueron la base de todas las
pruebas de inteligencia posteriores.[6]
Estas
formas de medición de la inteligencia, o test de inteligencia fueron aplicadas
dentro del ámbito escolar y desde entonces los resultados se asociaron con los
estudios académicos para “reconocer” la inteligencia de los alumnos de acuerdo
a las notas de calificación.
Así
en este repaso de conceptos y personajes que no pretende ser exhaustivo sino
destacar sólo puntos importantes para la conclusión de este apunte, encontramos
al estadounidense Howard Gardner en 1943.
Este hombre ha estudiado los procesos de aprendizaje en niños y adultos
por más de treinta años. En 1983 introduce el término de “inteligencias
múltiples” y habla de distintas formas de ser inteligente, relativizando el
estigma asociado, en la concepción reduccionista, a la falta de capacidad y que
se pretendió como justificación de la estructura social desigualitaria (la
superioridad intelectual por sexo y raza).
[7]
El punto de vista de Gardner es una novedad en el estudio
de la inteligencia; habla de “distintas formas de ser inteligente”, lo que
significa que potencialmente todas las personas tenemos varias
inteligencias. Cada individuo desarrolla
más alguna de ellas, aunque las otras sirven de apoyo a la principal.
Howard
Gardner designa un conjunto de siete tipos de inteligencia, que abarca las
siguientes: [8]
Inteligencia
verbal, que es la habilidad para trabajar eficientemente con problemas que
involucren o impliquen símbolos verbales.
Inteligencia
lógico-matemático, que es la habilidad para realizar actividades que impliquen
pensamiento conceptual y abstracto.
Las
dos primeras son las inteligencias académicas típicas.
Inteligencia
espacial, que es la capacidad para manejar las formas, buena percepción del
ambiente, del espacio; el pensamiento se relaciona con imágenes; es el tipo de
inteligencia que tienen los artistas y arquitectos por ejemplo.
Inteligencia
cinestésica, que es la habilidad para tener una buena comunicación con el
lenguaje corporal, es por ejemplo la que tienen los bailarines de ballet.
Inteligencia
musical, que manifiesta sensibilidad frente a la música y a toda clase de
sonidos; es la que tienen los músicos.
Inteligencia
personal, considera destrezas personales y la capacidad intrapsíquica.
Inteligencia
interpersonal, comprende habilidades de liderazgo, capacidad de cultivar las
relaciones y mantener las amistades, capacidad de resolver conflictos, destreza
en el tipo de análisis social.
La teoría de las inteligencias
múltiples es un modelo propuesto en 1983 por Howard Gardner. En su libro,
la inteligencia no es vista como algo
unitario que agrupa diferentes capacidades específicas con distinto nivel de
generalidad, sino como un conjunto de inteligencias múltiples, distintas y
semi-independientes. Gardner define la inteligencia como la «capacidad mental de
resolver problemas y/o elaborar productos que sean valiosos en una o más
culturas».[9]
Aquí me detengo y por considerar que este es el tema importante para las
personas de la tercera edad, puntualizo.
Aunque la teoría de Gardner no ha sido totalmente aceptada y por el
contrario, ha sido muy cuestionada en el
ámbito científico, abre un panorama de posibilidades a la comprensión de la
condición de los viejos. Intuitivamente se pudiera haber pensarlo de esa forma,
sólo que ahora hay un estudioso del tema, que abre una puerta esperanzadora al
mostrar a los seres humanos que son poseedores de inteligencias desconocidas no
desarrolladas quizá y que están en la posibilidad de hacerlo. En tanto el cerebro siga funcionando adecuadamente,
existe la opción de interactuar con el nuevo medio en el que se encuentre cada
individuo. Si la calidad de vida para
los ancianos es determinante para su salud, cada uno en su propio sitio puede
trabajar en ella buscando la forma inteligente de hacerlo.
Por ejemplo, la inteligencia
emocional, “un tipo
de inteligencia social que incluye la habilidad de supervisar y entender las
emociones propias y la de los demás, discriminar entre ellas y usar la
información para guiar el pensamiento y las acciones de uno”. Este concepto
incorpora la inteligencia inter e intrapersonal de Gardner pero enfatiza lo
emocional, dándole un nuevo sentido al concepto de salud y bienestar. [10]
El tema de las inteligencias múltiples es de suyo
trascendental para el desarrollo de la psicología como ciencia, y para los
viejos es importante mantenerse informados, reflexivos y dispuestos a
aprovechar el conocimiento científico que pueda beneficiarlos de alguna
manera. Con una mente abierta y una
postura optimista se puede transitar en mejores condiciones por esta etapa de
la vida.
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