jueves, 3 de abril de 2014


Inteligencias múltiples



El título de este comentario es muy sugerente y al mismo tiempo prometedor. Sugerente porque en el lenguaje cotidiano común, la inteligencia –en singular-, es considerada como la facultad de comprender y conocer, es privativa del ser humano y lo distingue de los animales; sin embargo esa facultad se antoja a veces escasa en muchos de los comportamientos humanos y sin embargo aquí se utiliza en plural; gramaticalmente, es entonces un sustantivo abstracto que remite a pensar que el ser humano puede tener no sólo una, sino más de una inteligencia. Prometedor porque esa facultad del género humano enunciada en plural, y que contiene el adjetivo “múltiples” al parecer, está indicando algo que no es sencillo -lo opuesto a múltiple- y que además es capaz de potencializar las posibilidades de comprensión y conocimiento si es desarrollada suficientemente; en otras palabras, el título sugiere que la inteligencia es una facultad humana que encierra varias capacidades y que es susceptible de modificación, corrección, mejoramiento; el adjetivo enfatiza la pluralidad del sustantivo.
Para abundar en el tema, al análisis gramatical, incluyo algunas definiciones.  La palabra inteligencia –en singular-, desde su etimología –del latín intelligentia- indica la cualidad del que sabe escoger entre varias opciones; es decir, ser inteligente es saber elegir la mejor alternativa entre varias, saber leer entre líneas y saber discutir, analizar, deliberar y dar un veredicto. [1]
El Diccionario de la Real Academia Española, enuncia siete conceptos de inteligencia: capacidad de entender o comprender; capacidad de resolver problemas; conocimiento, comprensión, acto de entender;  sentido en que se puede tomar una sentencia, un dicho o una expresión;  habilidad, destreza y experiencia; trato y correspondencia secreta de dos o más personas o naciones entre sí; sustancia puramente espiritual.
Considerando estas definiciones el concepto de inteligencia resulta polisémico y en consecuencia, una persona inteligente, es decir, dotada de inteligencia, tendría que ser de acuerdo al mismo diccionario, sabio, perito, instruido; y eso implicaría que tal sujeto debería ser poseedor de varias capacidades,  habilidades, destrezas y experiencias.  La inteligencia de los inteligentes, enmarca un atisbo de pluralidad.
Ahora un poco de historia.  La inteligencia –siempre en singular-, es un concepto que ha ocupado el interés de los filósofos desde la antigüedad (Platón, Aristóteles).  Dentro de estas notas y en un intento de acercamiento a la comprensión del concepto desde el ámbito de la psicología –ciencia del comportamiento humano-, encontramos algunas definiciones de inteligencia que la consideran como la capacidad de adaptación a situaciones nuevas;  otras definiciones se refieren a la capacidad de aprendizaje;  algunas más se refieren a la capacidad cognoscitiva general. [2]  Y en esta diversidad de definiciones, se percibe el “carácter poliformo y abierto de la inteligencia.  [3]
En términos llanos, los mismos profesionales de esta disciplina aceptan que la inteligencia puede manifestarse de diversas formas y es difícil encuadrarla o reducirla a una definición unívoca.
Los estudiosos de la inteligencia, no sólo se han ocupado de definirla, además han intentado medirla.  El inglés Francis Galton (1822-1911)  -dicho sea de paso, primo de Charles Darwin-, basa su concepción de la capacidad intelectual en procesos mentales y sensoriales simples y elabora pruebas para evaluar toda clase de parámetros psicofísicos (agudeza visual, capacidad respiratoria, etc).  Para él, el factor más importante de la inteligencia es genético y no ambiental.[4]
El francés Alfred Binet (1857-1911), desarrolla una concepción de inteligencia más centrada en sus productos que en sus constituyentes básicos, incluye pruebas destinadas a explorar procesos mentales de orden superior (memoria, comprensión, juicio).[5]
En asociación con Théodore Simon, Binet desarrolló unas escalas (llamadas de Binet-Simon) para la medida de la inteligencia de los niños, en las que introdujo el concepto de “edad mental” y que fueron la base de todas las pruebas de inteligencia posteriores.[6]

Estas formas de medición de la inteligencia, o test de inteligencia fueron aplicadas dentro del ámbito escolar y desde entonces los resultados se asociaron con los estudios académicos para “reconocer” la inteligencia de los alumnos de acuerdo a las notas de calificación. 
Así en este repaso de conceptos y personajes que no pretende ser exhaustivo sino destacar sólo puntos importantes para la conclusión de este apunte, encontramos al estadounidense Howard Gardner en 1943.  Este hombre ha estudiado los procesos de aprendizaje en niños y adultos por más de treinta años. En 1983 introduce el término de “inteligencias múltiples” y habla de distintas formas de ser inteligente, relativizando el estigma asociado, en la concepción reduccionista, a la falta de capacidad y que se pretendió como justificación de la estructura social desigualitaria (la superioridad intelectual por sexo y raza).  [7]
El punto de vista de Gardner es una novedad en el estudio de la inteligencia; habla de “distintas formas de ser inteligente”, lo que significa que potencialmente todas las personas tenemos varias inteligencias.  Cada individuo desarrolla más alguna de ellas, aunque las otras sirven de apoyo a la principal. 
Howard Gardner designa un conjunto de siete tipos de inteligencia, que abarca las siguientes: [8]
Inteligencia verbal, que es la habilidad para trabajar eficientemente con problemas que involucren o impliquen símbolos verbales.
Inteligencia lógico-matemático, que es la habilidad para realizar actividades que impliquen pensamiento conceptual y abstracto.
Las dos primeras son las inteligencias académicas típicas.
Inteligencia espacial, que es la capacidad para manejar las formas, buena percepción del ambiente, del espacio; el pensamiento se relaciona con imágenes; es el tipo de inteligencia que tienen los artistas y arquitectos por ejemplo.
Inteligencia cinestésica, que es la habilidad para tener una buena comunicación con el lenguaje corporal, es por ejemplo la que tienen los bailarines de ballet.
Inteligencia musical, que manifiesta sensibilidad frente a la música y a toda clase de sonidos; es la que tienen los músicos.
Inteligencia personal, considera destrezas personales y la capacidad intrapsíquica.
Inteligencia interpersonal, comprende habilidades de liderazgo, capacidad de cultivar las relaciones y mantener las amistades, capacidad de resolver conflictos, destreza en el tipo de análisis social.
La teoría de las inteligencias múltiples es un modelo propuesto en 1983 por Howard Gardner.  En su libro,  la inteligencia no es vista como algo unitario que agrupa diferentes capacidades específicas con distinto nivel de generalidad, sino como un conjunto de inteligencias múltiples, distintas y semi-independientes. Gardner define la inteligencia como la «capacidad mental de resolver problemas y/o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas».[9]
Aquí me detengo y por considerar que este es el tema importante para las personas de la tercera edad, puntualizo.  Aunque la teoría de Gardner no ha sido totalmente aceptada y por el contrario,  ha sido muy cuestionada en el ámbito científico, abre un panorama de posibilidades a la comprensión de la condición de los viejos. Intuitivamente se pudiera haber pensarlo de esa forma, sólo que ahora hay un estudioso del tema, que abre una puerta esperanzadora al mostrar a los seres humanos que son poseedores de inteligencias desconocidas no desarrolladas quizá y que están en la posibilidad de hacerlo.  En tanto el cerebro siga funcionando adecuadamente, existe la opción de interactuar con el nuevo medio en el que se encuentre cada individuo.  Si la calidad de vida para los ancianos es determinante para su salud, cada uno en su propio sitio puede trabajar en ella buscando la forma inteligente de hacerlo.

Por ejemplo, la inteligencia emocional, “un tipo de inteligencia social que incluye la habilidad de supervisar y entender las emociones propias y la de los demás, discriminar entre ellas y usar la información para guiar el pensamiento y las acciones de uno”. Este concepto incorpora la inteligencia inter e intrapersonal de Gardner pero enfatiza lo emocional, dándole un nuevo sentido al concepto de salud y bienestar. [10]

El tema de las inteligencias múltiples es de suyo trascendental para el desarrollo de la psicología como ciencia, y para los viejos es importante mantenerse informados, reflexivos y dispuestos a aprovechar el conocimiento científico que pueda beneficiarlos de alguna manera.  Con una mente abierta y una postura optimista se puede transitar en mejores condiciones por esta etapa de la vida.

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