BIOLOGIA DEL ENVEJECIMIENTO
El envejecimiento involucra mecanismos biológicos, psicológicos y sociales, de ahí que su presentación y evolución sea individualizada.
En este sentido, los humanos envejecen de manera distinta y la edad cronológica no siempre es representativa de la edad biológica, de ahí que podemos observar personas de edad mayor o menor a la que aparentan.
Desde el punto de vista biológico, el envejecimiento es consecuencia de alteraciones bioquímicas que afectan el funcionamiento de órganos y sistemas, y por lo tanto, se incrementa la vulnerabilidad (susceptibilidad) a la enfermedad, lo cual se asocia a las manifestaciones características del envejecimiento, tales como la pérdida de masa ósea y muscular, disminución en el funcionamiento de todos los sistemas, alteraciones en el oído, en la visión y disminución en la elasticidad de la piel.
CAMBIOS BIOLOGICOS DURANTE EL ENVEJECIMIENTO
El envejecimiento es un fenómeno que afecta a todos los órganos y sistemas del individuo. No obstante, estos cambios se presentan de manera individualizada, por lo que no todos los órganos, sistemas y personas envejecen igual ni al mismo ritmo, de ahí que se señale que el envejecimiento es asincrónico.
Los cambios que ocurren en órganos y sistemas durante en el envejecimiento son consecuencia, en cierta medida, de las modificaciones en la composición corporal que caracterizan el envejecimiento biológico, de ahí la importancia de tener conocimientos básicos al respecto.
Durante el envejecimiento se presenta una disminución de hasta un 30% de la masa celular y de hasta un 50% de agua corporal, acompañados de un aumento de grasa corporal de hasta el 30%, propiciando una pérdida progresiva de la función global del organismo de hasta 1% promedio anual a partir de los 30 años.
La tercera década es la de máxima vitalidad, la cual disminuye gradualmente hasta hacerlo vulnerable para los padecimientos crónico-degenerativos.
Los músculos disminuyen de tamaño, el funcionamiento de los órganos en general se reducen proporcionalmente comparado con el de los adultos, la piel es seca y menos turgente por la deshidratación y la producción de saliva es menor. De los 60 a 70 años en general se observa un incremento de la grasa corporal, para disminuir gradualmente a partir de los 70 años, de ahí que después de los 80 años es más común observar ancianos con peso normal o bajo.
Estos cambios pueden ser modificados o compensados con ejercicio físico periódico y una alimentación restringida en grasas y rica en antioxidantes y fibra, además de la ingesta suficiente de agua.
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