POR QUE MENTIMOS
Mentir es una habilidad que crece en lo más profundo de nosotros, y que utilizamos con regularidad. Como escribió el escritor estadounidense MARK TWAIN hace más de un siglo
“ Todo el mundo miente, todos los días, a cada hora, dormido, despierto, en sueños, en su alegría, en su duelo. Aún con la boca cerrada, sus manos, sus pies, sus ojos y su actitud se convertirán en una mentira”. La mentira es una condición inherente en el ser humano.
Las investigaciones actuales se centran en aquellas mentiras en las que literalmente, se dicen cosas que no son ciertas. También mentimos por omisión y con otros giros muy sutiles y en otras formas no verbales: usamos maquillaje, artículos para el cabello, cirugía, cosméticos, ropa y otras formas de adornos y fragancias, para disfrazar nuestra verdadera apariencia y nuestro olor corporal. Lloramos lágrimas de cocodrilo, fingimos orgasmos y decimos frases falsas, como “que tengas un bonito día”.
Pero la pregunta es: ¿ por qué mentimos? Y su respuesta es: porque funciona. Como humanos debemos acoplarnos a un sistema social determinado para alcanzar el éxito, y nuestra mejor arma es destacar, diferenciarnos; mentir ayuda en esa tarea. Y mentirnos a nosotros mismos –un talento construido por nuestra mente- nos ayuda a aceptar ese comportamiento fraudulento; pero si esta verdad le incomoda, quizá esté más tranquilo al saber que no somos la única especie que miente.
Las plantas y los animales se comunican con otras especies mediante sonidos, rituales, colores, compuestos químicos y otros métodos para transmitir información precisa. Sin embargo, algunas especies ponen mucho esfuerzo en transmitir mensajes inciertos.
La orquídea espejo, por ejemplo, despliega hermosas flores azules que imitan el abdomen de una avispa. Además fabrica un coctel de químicos que simula las feromonas desarrolladas por las hembras para atraer a su pareja.
Varias criaturas desarrollan mecanismos similares. Por ejemplo, al aproximarse algún depredador, la inofensiva serpiente de nariz de cerdo mueve su cabeza, actúa como una cobra y finge golpear agresivamente, todo, manteniendo su boca discretamente cerrada. Otro caso es el mimetismo de muchos animales.
Estos y otros casos muestran que los favores naturales relacionados con la mentira también tienen ventajas de supervivencia. Los primates Catarrhine –el grupo que incluye a los monos más viejos del mundo, a los simios y a nosotros- son completamente hábiles para engañar a los miembros de su propia especie.
Y volviendo a la razón de por qué mentimos, podemos decir que una de las razones primordiales por las que mentimos a otros es por que somos buenos mintiéndonos a nosotros mismos, que somos víctimas de la mentira. El extraño fenómeno de mentirse a uno mismo ha dejado perplejos a filósofos y psicólogos por más de dos mil años. La idea de que alguien pueda mentirse a sí mismo suena sin sentido, casi como robar dinero de nuestra propia cuenta de banco.
Por supuesto esta teoría de mentirse a uno mismo no es absoluta, aveces nos mentimos de forma consciente y nos damos cuenta de ello, pero otras los mecanismos de cognición para mentirnos a nosotros embonan tan delicada y silenciosamente: de un modo astuto e imperceptible nos envuelven de pronto en actuaciones tan bien construídas, que el acto parece completamente sincero aun para los propios actores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario