Educación al Paciente
Dos viejitos caminando tomados de la mano, un beso entre dos
personas de cabezas blancas o un tierno abrazo bajo las sábanas de un
matrimonio de más de 60 años, son imágenes que no nos dejan indiferentes: a
algunos les genera ternura, pero a muchos confusión o rechazo. Estos
sentimientos por lo general son infundados, ya que pese a lo que la mayoría de
la gente piensa en la tercera edad sí hay sexualidad.
Hay ignorancia en la sociedad y en los profesionales de la
salud respecto de la sexualidad en el adulto mayor. Existe un cierto mito que
dice que es improcedente e injustamente al hombre se le dice viejo verde y a la
mujer viuda alegre. Hay muchos prejuicios en este tema: que los mayores son asexuados,
que no tiene interés en vivenciarlo, que sus manifestaciones sexuales equivalen
a desviaciones o perversiones, sexualidad es igual a juventud y belleza, etc.
Esto se remata con que en el ámbito de la salud no se le pregunta al paciente
mayor sobre el estado de su sexualidad, ya sea por ignorancia, falsos supuestos
o miedo a ser ridiculizado.
Es importante recalcar que las consultas geriátricas de
media hora son cortas, hay que darle tiempo al paciente para hablar y entrar en
confianza. El rol del profesional es quitar el tabú que pesa sobre el tema y
validar a la persona como un ser sexuado.
En un estudio sobre sexualidad en el adulto mayor realizado
en Estados Unidos, en que se consultó a 1.300 personas sobre 60 años, el 48%
dijo ser sexualmente activo. De este porcentaje un 70% reportó estar satisfecho
con su vida sexual, incluso más que a los 40 años, y aproximadamente un 79% de
los hombres y un 66% de las mujeres afirmaron que la actividad sexual es un
componente de su relación de pareja.
Síntomas
La vejez trae consigo una serie de cambios físicos que van
en desmedro de la sexualidad. En ambos sexos hay una disminución de los niveles
hormonales: en el hombre baja la producción de espermatozoides, disminuye el
tamaño de los testículos y produce menos líquido seminal, la respuesta a la
excitación es más lenta, la erección es menos firme, hay una ausencia de
eliminación de líquido pre eyaculatorio, los orgasmos duran menos y aumenta el
tiempo de latencia (en volver al estado previo a la estimulación). En tanto en
la mujer, la respuesta también es más lenta, hay menos lubricación, hay dolor
en la relación (dispauremia), disminuye el número de orgasmos y también tarda
en volver más a la fase pre estimulación.
Causas
Además de lo anteriormente descrito, hay una serie de
condiciones de salud que afectan negativamente la sexualidad del adulto mayor:
hipertensión, diabetes, infarto vascular cerebral, hipertrofia prostática,
artrosis y artritis, enfermedades neurológicas, intervenciones quirúrgicas (mastectomía),
histerectomía, prostatectomía radical, entre otros.
El estrés, depresión y uso de fármacos también son factores
que influyen. La mayoría de estas enfermedades tiene un origen multifactorial,
donde algunas causas influyen más que otras, pero todas son tratables.
Tratamiento
Para que nuestros mayores tengan una vida feliz y tranquila
hay que dignificarlos ante todo, respetarlos, acudir a su sabiduría y
experiencia. Es importante no relegarlos a un rincón de la casa, ya que el
aislamiento, la negación de la sexualidad como manifestación afectiva que se
mantiene a lo largo de toda la vida, la imposibilidad de encontrarse con otro y
manifestar sus sentimientos, hacen que la calidad de vida del adulto mayor no
sea lo que puede llegar a ser.
Para que puedan expresar su sexualidad deben privilegiarse
todas las formas de expresión sexual, basadas en sentimientos de amor
compartido y no en un resultado mecánico de la erección y coito. Este abordaje
se llama rehabilitación sexual y hay especialistas que ven este tema.
Hay que promover el envejecimiento activo, es decir, morirse
joven pero lo más tarde posible, crear las condiciones para que nuestros
abuelos tengan una buena calidad de vida, espacio para tener momentos gratos y
también intimidad. Vivir una sexualidad posible y placentera, tener momentos de
intimidad donde poner a jugar todos los sentidos y posibilidades de placer,
colabora a hacer de la tercera edad una época plena de la vida
Consejos
Eliminar hábitos tóxicos (tabaco, alcohol, etc.).
Evitar el aislamiento, pasividad y consumo excesivo de
televisión.
Tener actividad física.
Participar de actividades sociales y recreativas para la
tercera edad (municipalidades, juntas de vecino, etc.).
Consumir alimentos de acuerdo a una dieta equilibrada.
En el caso de padecer algún problema de salud asistir a un
profesional y consultar sobre los tratamientos útiles para cada caso.
Eliminar hábitos estresantes y participar de actividades al
aire libre.
Recuerde consultar con su Geriatra las dudas que tenga en el
tema sexual, él podrá orientarlo o derivarlo a un especialista
Algunos libros útiles:
Matrimonio Adulto. Autor, Judith Viorst.
La Sexualidad en el Adulto Mayor. Autor, Dr. Andrés Flores
Colombino.
El Amor en los Tiempos de Cólera. Autor, Gabriel García
Márquez.
*CLINICA SANTA MARIA.
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