jueves, 3 de noviembre de 2011

FRASE DEL MES
Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte.
Leonardo Da Vinci (1452-1519) Pintor, escultor e inventor italiano.
















“Siempre el sol en el verano trae alegría pero el frio del invierno nos trae reflexión. Lo que tu prefieras te ayuda a pasar cada temporada feliz dando gracias por vivir” (acuarius)


    ¿Quién muere? (Pablo Neruda)


Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en si mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.
SISTEMA ENDOCRINO

El sistema endocrino está constituido por un conjunto de órganos denominados glándulas las cuales producen unas sustancias llamadas hormonas que actúan sobre otros órganos. Las principales glándulas que conforman el sistema endocrino de importancia durante el envejecimiento  son la tiroides, que produce las hormonas tiroideas, las cuales son fundamentales para mantener el metabolismo equilibrado del organismo (consumo, gasto y eliminación de energía); las glándulas paratiroides, que producen la hormona paratiroidea, la cual interviene en el  metabolismo óseo el timo, cuya involución iniciada en la pubertad y acentuada con el envejecimiento repercute sobre la función inmunitaria; el páncreas que produce la insulina, cuya función es la de facilitar el paso de la glucosa al interior de la célula; los ovarios en la mujer, en donde se producen las hormonas sexuales femeninas llamadas estrógenos, así como la progesterona, sustancia asociada con la menstruación y de vital importancia durante el embarazo; los testículos en el hombre en donde se produce la mayor cantidad de las hormonas sexuales masculinas denominadas andrógenos.
Durante el envejecimiento disminuye relativamente la producción y actividad de las hormonas tiroideas sin afectar significativamente el metabolismo del organismo; la función del timo disminuye en forma importante, repercutiendo en la función inmunitaria; los niveles de la hormona paratiroidea pueden estar aumentados, debido a una absorción defectuosa de calcio, secundaria a la falta de síntesis de vitamina D. Asimismo, se observan niveles más altos de azúcar debido a una deficiencia o función defectuosa de la insulina, la producción de hormonas sexuales disminuye, repercutiendo en las funciones sexuales, en el metabolismo óseo y  en los niveles de colesterol.
Los cambios en la producción de insulina se manifiestan como una predisposición a la diabetes mellitus. Asimismo, la mujer presenta la menopausia (última menstruación) entre los 45 y 50 años, la cual se puede acompañar antes o después de trastornos menstruales (sangrados irregulares escasos), bochornos, mareos, insomnio y cambios de carácter (tendencia al llanto, ansiedad e irritabilidad), además en ambos sexos hay una disminución relativa del deseo sexual. Este proceso se llama climaterio y es resultado de la disminución en la producción de hormonas sexuales
Debido a la disminución en la función del timo (producción mínima de timosina) existe cierta predisposición a las infecciones y a la presentación de padecimientos autoinmunes (el organismo no reconoce las sustancias tóxicas o extrañas o identifica como ajenas las propias), tales como artritis reumatoide y cáncer.
Por otro lado, el incremento de la hormona paratiroidea y la disminución de las hormonas sexuales  predisponen a la aparición de osteoporosis. Asimismo, existe una predisposición a los padecimientos  cardiovasculares por el aumento del colesterol, secundario a la disminución de la producción de  hormonas sexuales.
Las medidas que se deben adoptar ante estos cambios son practicarse una medición de glucosa y perfil de lípidos en sangre mínimo cada año, realizar ejercicio físico, tomar una dieta restringida en grasas y azúcar refinada y rica en antioxidantes y fibra. Las molestias que acompañan a la menopausia generalmente ceden gradualmente sin tratamiento, no obstante, si son muy intensas, debe acudir con su médico. En relación a la actividad sexual, el envejecimiento no debe ser un impedimento para que no se ejercite de manera satisfactoria
*Víctor Manuel Mendoza Núñez y María de la Luz Martínez Maldonado.
Recomendación: “La  Balada  de  Narayama”, Película de Japón. Género: Drama.  
Largometraje que ganó la Palma de oro en 1983        
(La pueden encontrar fácilmente en internet)
Las culturas lejanas y diferentes a la nuestra; nos resultan extrañas, sorprendentes o hasta inexplicables.  Costumbres y traiciones transmitidas de generación a generación, de manera expresa o tacita, aprendidas de manera consciente o asimilada sin sentir.
La película “La Balada de Narayama” nos coloca bruscamente frente a la vida cotidiana de una aldea japonesa del siglo XIX, pobre y  muy rudimentaria en sus formas de convivencia.  Presenta de manera cruda e impactante cuestiones de orden moral, social,  hasta sanitarias, que nos hacen reflexionar sobre lo “bueno y lo malo”
Las imágenes  de la película van aumentando los cuestionamientos  de quienes las  observamos, porque  maneja un tema muy sensible: la decrepitud (no la vejez), esa última etapa de la vida en que el anciano, por convicción o por tradición, sabe que en su grupo social ya no tiene cabida.
La anciana Orín, mujer cercana a cumplir los setenta años, está consciente de que su fin se acerca y prepara a la familia para que otra mujer cubra  los trabajos que ella atiende. Lo hace de manera razonada, ordenada, responsable  y  se dirige de manera tranquila hacia el momento inexorable de la su muerte, una muerte voluntaria, tradicionalmente aceptada; abandono forzoso, ritualista y honroso que  concluirá con su ciclo vital natural.
Pide al Consejo se reúna; ella asiste acompañada de su hijo mayor; cada uno de los presentes le da concejos sobre la manera en que debe comportarse en el viaje, recomendación que sellan con un trago de sake. 
Tatsuhei, su hijo, quien ha vivido inmerso en las mismas costumbres y tradiciones, es a quien corresponde llevarla  a Narayama, montaña sagrada, en cuya cima habita la divinidad y donde se va a reunir con sus antepasados. La lleva a cuestas; el trayecto es muy azaroso, física y moralmente penoso para el hijo. La anciana Orín asume su destino, con  grandeza, con humildad, como algo natural.
                               
En su ascendente camino van encontrando restos de los que le precedieron en la experiencia; a Tatsuhie le impacta, pero Orín, inmutable lo presiona sin palabras a continuar.
Los integrantes de la aldea, aunque comparten costumbres, no todos las aceptan de manera estoica; hay quien se revela a morir y hace todo lo posible por escapar a ese final trágico, actitud que representa una vergüenza para su familia y para toda la comunidad.
La película nos presenta algunas otras costumbres que sería interesante comentar, pero en este caso nos centramos únicamente en el fenómeno de ancianidad y muerte, para preguntarnos:
¿Qué se necesitaría para aceptar y respetar la diversidad de prácticas culturales? Tomando en cuenta que una de las actitudes comunes de los seres humanos es creer que la cultura propia es la mejor, la correcta, la única aceptable y los demás son los que están mal y deben cambiar.
La respuesta podría ser: envestirnos con mucho de  respeto, apertura de mente, conocimientos o preparación académica, sensibilidad, tolerancia, empatía…
Las  respuestas  podrían se múltiples, de acuerdo al contexto personal del observador; pero la única válida es la visión interna y personal.
                                                     POR QUE MENTIMOS

Mentir es una habilidad que crece en lo más profundo de nosotros, y que utilizamos con regularidad. Como escribió el escritor estadounidense MARK TWAIN hace más de un siglo
 Todo el mundo miente, todos los días, a cada hora, dormido, despierto, en sueños, en su alegría, en su duelo. Aún con la boca cerrada, sus manos, sus pies, sus ojos y su actitud se convertirán en una mentira”. La mentira es una condición inherente en el ser humano.
Las investigaciones actuales se centran en aquellas mentiras en las que literalmente, se dicen cosas que no son ciertas.  También mentimos por omisión y con otros giros muy sutiles y en otras formas no verbales: usamos maquillaje, artículos para el cabello, cirugía, cosméticos, ropa y otras formas de adornos y fragancias, para disfrazar nuestra verdadera apariencia y nuestro olor corporal. Lloramos lágrimas de cocodrilo, fingimos orgasmos y decimos frases falsas, como “que tengas un bonito día”.
Pero la pregunta es:  ¿ por qué mentimos?  Y su respuesta es: porque funciona. Como humanos debemos acoplarnos a un sistema social determinado para alcanzar el éxito, y nuestra mejor arma es destacar, diferenciarnos;  mentir ayuda en esa tarea. Y mentirnos a nosotros mismos –un talento construido por nuestra mente- nos ayuda a aceptar ese comportamiento fraudulento; pero si esta verdad le incomoda, quizá esté más tranquilo al saber  que no somos la única especie que miente.
Las plantas y los animales se comunican con otras especies mediante sonidos, rituales, colores, compuestos químicos y otros métodos para transmitir información precisa. Sin embargo, algunas especies ponen mucho esfuerzo en transmitir mensajes inciertos.
La orquídea espejo, por ejemplo, despliega hermosas flores azules que imitan el abdomen de una avispa. Además fabrica un coctel de químicos que simula las feromonas desarrolladas por las hembras  para atraer a su pareja.
Varias criaturas desarrollan mecanismos similares. Por ejemplo, al aproximarse algún depredador, la inofensiva serpiente de nariz de cerdo mueve su cabeza, actúa como una cobra y finge golpear agresivamente, todo, manteniendo su boca discretamente cerrada. Otro caso es el mimetismo de muchos animales.
Estos y otros casos muestran que los favores naturales relacionados con la mentira también tienen ventajas de supervivencia. Los primates Catarrhine –el grupo que incluye a los monos más viejos del mundo, a los simios y a nosotros- son completamente hábiles para engañar a los miembros de su propia especie.
Y volviendo a la razón de por qué mentimos, podemos decir que una de las razones primordiales por las que mentimos a otros es por que somos buenos mintiéndonos a nosotros mismos, que somos víctimas de la mentira. El extraño fenómeno de mentirse a uno mismo ha dejado perplejos a filósofos y  psicólogos por más de dos mil años. La idea de que alguien pueda mentirse a sí mismo suena sin sentido, casi como robar dinero de nuestra propia cuenta de banco.
Por supuesto esta teoría de mentirse a uno mismo no es absoluta, aveces nos mentimos de forma consciente y nos damos cuenta de ello, pero otras los mecanismos de cognición para mentirnos a nosotros embonan tan delicada y silenciosamente: de un modo astuto e imperceptible nos envuelven de pronto en actuaciones tan bien construídas, que el acto parece completamente sincero aun para los propios actores.
                                   ODA A  LA  VEJEZ                                      
(María del Carmen Arias García)

Vejez, que a nuestra vida llega           
 como logro y tesoro anhelado.
Vejez, que en la infancia parece lejana;     
en la juventud parece ajena     
y en la madurez se siente amenaza.
Queremos llegar a ti,       
          pero tratamos de retrasar tu llegada.          
            Ciclo implacable de la vida humana.                
Rueda de vida que nunca para.
Viejo, caudal y compendio;        
herencia y legado.     
Vejez, que a nuestra vida llega 
 como logro y tesoro anhelado.