EGOISMO SALUDABLE
Desde que somos pequeños nos dicen que ser egoístas es algo malo, que siempre debemos compartir y además poner las necesidades de otros antes de las nuestras. Vayamos aprendiendo, a encontrarnos con la parte saludable del egoísmo, en un camino protegida mente liberarador.
Seguramente muchos vivieron esta historia en casa a la hora de comer: “Termínate lo que te serví, tantos niños en África muriéndose de hambre y tú desperdiciándolo”, acto seguido, podías ver al niño/a comiendo a fuerza, lo que restaba de su plato. Esto es un ejemplo que nos dice que debemos atender primero las necesidades de otros, en lugar de las propias, porque ¿Cómo vas a escuchar a tu cuerpo que te dice que no comas mas, mientras que hay tantas personas sin alimento?
Puede parecer exagerado, sin embargo nuestro sistema social nos grita que debemos mirar hacia fuera y después si hay tiempo, hacia dentro.
Del otro lado encontramos a las personas que en su afán de responder a sus propios deseos, dejan de mirar a los demás argumentando que una autoestima saludable incluye el clásico “primero yo, después yo y al último yo”
Como deberás darte cuenta el egoísmo saludable, está ubicado justo en medio de los puntos anteriores. La idea es precisamente que puedas responder a tu <<yo>> antes que al de los demás, y después, entonces sí acudir a los otros, todo esto sintiéndote bien contigo mismo, libre de culpas e incomodidades.
Este tipo de egoísmo nos acerca mucho mas a nosotros, construyéndonos como mejores personas para el entorno que habitamos.
Cuando me conozco me escucho y atiendo a mis necesidades soy un mejor elemento personal y social, por supuesto, egoísta pero permaneciendo en el lado saludable, ese que nos dice que esta bien decir <<no>> cuando simplemente no quiero hacer algo, sin la necesidad de poner un pretexto o inventar algo para que el otro no deje de aceptarme, de quererme e integrarme. El egoísmo saludable existe sabiendo que los demás me pueden querer por ser quien soy, sin importar que no siempre les diga que si o haga lo que desean. Sobretodo existe sabiendo que el bienestar propio es lo primordial y que no hay nada interno o externo, que justifique el sacrificio del mismo.
Uno de los grandes enemigos del egoísmo saludable es la apremiante necesidad de ser aceptado/a, porque si nunca digo no, tendré mayor probabilidad de ser recibido/a y no rechazado/a.
Por todo esto se sugiere que comiences a ser un poco más egoísta y el mejor inicio es comenzar a escucharte a ti mismo, pero no con respecto a los demás, solo céntrate en palabras de ti para ti ¿Qué necesitas? ¿Qué te gustaría? ¿Qué deseas? ¿Qué te gustaría dejar de hacer? ¿Qué cosas ya no quieres más en tu vida? ¿A dónde no quieres ir? Identifica tus necesidades y escúchalas, una vez realizado, en la medida de lo posible, responde a cada una de ellas con pensamientos y/o actos. Date cuenta como poco a poco, esto puede ir cambiando tus relaciones con los demás, pero sobre todo ¡sintiéndote mejor contigo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario