domingo, 3 de marzo de 2013


UNA SINGULAR RED DE APOYO


En el mes de marzo, se conmemora un aniversario más del natalicio de nuestro Juárez y ese es el motivo por el que dedico un espacio para presentar algunos aspectos poco conocidos de su historia política.
Benito Pablo Juárez García, nació en San Pablo Guelatao, Oaxaca, el 21 de marzo de 1806.  Fue un abogado y político mexicano de origen indígena zapoteca, Presidente de México durante catorce años. Casado con Margarita Maza, procreó cinco hijas.  A la muerte de su esposa, ocurrida el dos de enero de 1871, Juárez padeció una depresión, se le recrudeció un padecimiento que ya se había manifestado con anterioridad y el 18 de julio de 1872, murió de angina de pecho a los 66 años.
[..En el contexto político, se le conoce como el "Benemérito de las Américas".[] Esta designación significa que es merecedor de reconocimiento y se sustenta en dos importantes testimonios: 
1) El Decreto emitido por el Congreso de los Estados Unidos de Colombia el 2 de mayo de 1865, en reconocimiento a su constancia en defender la libertad y la independencia de México y
2) El homenaje de la Facultad de Medicina San Fernando de Lima, Perú el 28 de julio de 1867, en el que se le otorgó una medalla de oro por “El triunfo obtenido sobre la intervención extranjera”.
La anécdota que rodea este segundo acontecimiento, es a todas luces singular. La iniciativa parte de un grupo de jóvenes alumnos, quienes deciden hacer el reconocimiento y sufragarlo de sus propios recursos personales.  Sobre este  testimonio, se puede consultar la Revista de la Sociedad Peruana de Medicina Interna (Vol 23, No. 3, Jul-sep 2010). En ella se describe:
La primera medalla que se batió en su nombre -se refiere a la Facultad de Medicina de San Fernando-, corresponde a un rarísimo ejemplar, fechado en 1867, y que presumimos único, el cual se acuñó en homenaje a la victoria que alcanzó, luego de una cruenta guerra, el Presidente de México don Benito Juárez ante el Emperador Maximiliano I.

Estos hechos sucedieron en el contexto de una época muy turbulenta, en la que los europeos intentaron recuperar sus posesiones en América. Si no, recordemos nuestra disputa con España, concluida con la victoria peruana del 2 de mayo de 1866. Por ello, no resultó extraño que los alumnos sanfernandinos, conmovidos por esta demostración de patriotismo y en aras de la solidaridad americana, decidieran obsequiar a Juárez una soberbia medalla de oro, lo que debió significar un desembolso muy oneroso para el peculio de estos jóvenes.

Los Anales de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú, aportan otro dato más al respecto:

El eminente bibliófilo y numismático italiano don Sergio Guarisco Pozzi, quien vivió muchos años en nuestro país, fue quien vio dicha medalla y nos relató esta interesante historia. Ello nos estimuló a buscar información más precisa acerca de aquella medalla. Con ese propósito, nos comunicamos con la Curaduría Numismática del Museo Nacional de Historia de México, que gentilmente nos proporcionó la siguiente descripción: La medalla es una pieza acuñada, grabada y esmaltada, con una estrella surmontada de diamantes, que pende de una cinta de color rojo y rematada en su parte  superior  por  una  estrella de 9 diamantes, de los cuales destaca el central, por su mayor tamaño; en el extremo inferior, presenta un moño de oro con esmalte negro. La leyenda del anverso, con letras en altorrelieve, reza “Al D. D. BENITO JUAREZ, LA ESCUELA DE MEDICINA DE LIMA” y, al centro, también en altorrelieve, aparecen los escudos nacionales del Perú y México.  La leyenda del reverso, con letras grabadas y esmaltadas en negro, advierte que la medalla fue otorgada al presidente Benito Juárez “POR EL TRIUNFO OBTENIDO SOBRE LA INTERVENCIÓN EXTRANJERA, JULIO 28 DE 1867” (Figura 1).

Carlos Sierra refiere que la medalla “representa un homenaje de los estudiantes de la carrera de medicina de Lima, Perú, al Benemérito de las Américas, Benito Juárez, que le mandaron hacer por medio de una recaudación de fondos para manifestar su reconocimiento por el triunfo obtenido sobre la intervención extranjera en México, en el año de 1867”.


La descripción textual de este objeto, llama la atención. El interés por admirarlo físicamente, quizá a través de una fotografía, se despierta.  Pero en la red, sólo fue accesible la foto del anverso que se encuentra en la figura 1.   En ocasiones la imaginación sin embargo, no alcanza para visualizar y  la imagen del reverso no fue posible presentarla.  Por lo mismo incluimos ejemplos de imágenes que pretenden acercarnos a una idea de cómo puede lucir el reverso del objeto. 

A lo largo de la descripción, la palabra “surmontada” resulta extraña al neófito y se justifica porque pertenece al vocabulario heráldico.  La Real Academia Española, dice que la heráldica es el arte de explicar y describir los escudos de armas de cada linaje, ciudad o persona y el diccionario heráldico refiere que surmontada es una pieza o mueble que tiene otra sobre ella, pero que no se tocan.  Entonces las figuras  2 y 3 con su respectiva descripción textual, muestran la descripción plástica, es decir, describen la forma.




En este escudo aparecen dos castillos de oro aclarados de azur, surmontados por siete estrellas de plata de cinco puntas






En esta arma de oro, un monte de gules moviente de la punta surmontada de una flor de lis de azur.


Ahora ¿cómo imaginan la medalla otorgada a Juárez? acuñada, grabada y esmaltada, con una estrella surmontada de diamantes, que pende de una cinta de color rojo y rematada en su parte superior por una estrella de 9 diamantes, de los cuales destaca el central, por su mayor tamaño.  Si la imaginación no es muy buena, la invitación está abierta para acudir al Museo Nacional de Historia -donde es de suponer que se encuentra- y admirar en vivo tan singular medalla otorgada a Juárez por los estudiantes de Lima, Perú.

Después de conocer estos antecedentes,  es probable que los mexicanos podamos redescubrir y reconocer también la importancia de este personaje ilustre que no por ser recordado cada año en el aniversario de su nacimiento, homenajeamos merecidamente.

Algunos mexicanos del México actual, quizá ni siquiera sepan el significado de la palabra “benemérito” y este espacio que pretende destacar también lo que significan hoy las Redes de Apoyo -para todas las personas, especialmente para los adultos mayores-,  hace énfasis y señala la fuerza que puede adquirir un sabio comentario, una sabia idea, o una sabia propuesta, cuando sabe tocar las fibras más sensibles de la naturaleza humana y arrastrar con el ejemplo no sólo a un pequeño grupo, sino a naciones y países enteros. Seguramente sin intención explícita, Juárez encontró eco, fue capaz de trascender en el tiempo y en el espacio,  hacer conciencia de su quehacer político y encontró solidaridad perenne a su causa.

En una época en la que se carecía del desarrollo tecnológico que existe hoy día, Juárez tuvo la capacidad suficiente para iluminar la razón, la inteligencia y la justicia de los ciudadanos del mundo.  Por ello también es célebre su profunda frase que sigue vigente aún en los tiempos actuales:   “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.



No hay comentarios: