ORALIDAD, NARRACIÓN ORAL
Y CUENTO
En
alguna colaboración anterior, refiriéndome a las redes sociales, tuve la
oportunidad de comentar acerca de El Diálogo. Decía entonces que el diálogo es
una conversación entre varias personas, que saber conversar es una virtud y que una
buena conversación es un deleite, es motivo de disfrute. En esta oportunidad
deseo agregar en favor de la oralidad, otras bondades.
Recientemente
participé de una grata experiencia al asistir a un Taller de Narración Oral. Recordé que la oralidad es la forma de
comunicación más natural, elemental y original del lenguaje humano y que éste,
es una conducta basada en expresiones y símbolos orales que permiten la
comunicación. La importancia del
lenguaje oral es tal, que a partir de él se transmite y se enseña tanto la
cultura como el idioma y ha sido desde tiempos remotos el medio más importante
de transferencia de información y de contacto personal. Cronológicamente
hablando, la primera cultura del hombre es la cultura oral. La segunda es la
cultura quirográfica o manuscrita –primera gran revolución de la escritura o
palabra silenciosa- junto con la gutemberguiana o tipográfica –a partir del
siglo XV-. Y en la tercera etapa de la
historia de la comunicación y con la bondad de los medios electrónicos, es
posible difundir mensajes orales y escritos en diferentes lenguajes a gran
velocidad y a un gran número de receptores.
Retomando
el papel protagónico de la oralidad en esta ocasión, la novedad de este Taller
de Narración Oral, fue percatarme de lo interesante que puede resultar una
narración oral que es bien preparada y que además se complementa con el resto
del lenguaje corporal del narrador.
Además de ejercitar la facilidad de palabra, el narrador trabaja pues la expresión
corporal, la dicción, la memoria y logra un gran acervo cultural; con todas
esas acciones su actividad neuronal es indiscutible. Dependiendo de su destreza, el narrador puede
lograr capturar la atención del receptor contando de manera amena una historia,
una anécdota, un cuento, una leyenda; la temática puede ser cualquiera, siempre
que esté bien contada, con un lenguaje pertinente que no sea ofensivo para
nadie y que pueda ser escuchado y comprendido por cualquier interlocutor, de
cualquier edad. Y si todo esto no fuera suficiente, esta actividad puede ser desarrollada por
cualquier persona sin límite de edad y además puede ser remunerada.
Sí,
así como lo oyen. El cuento dicen los
que conocen, es la composición literaria más antigua de la humanidad, pero
actualmente se está convirtiendo en una forma de expresión moderna dotada de
inagotables posibilidades. Los Cuenta
Cuentos, son personas que hacen de esta actividad su “modus vivendi”; además de
contar cuentos o historias variadas, pueden impartir talleres, pueden dar
conferencias, pueden escribir sus propias historias o adaptar algunas que les
parecen interesantes; pueden participar en concursos. Me parece que esta puede ser una alternativa
que debe ser estudiada por los adultos mayores y que puede ser adecuada tanto
para mantener una actividad neuronal conveniente y reunirse con amigos a contar
cuentos, historias, leyendas, fábulas o anécdotas, como para allegarse recursos
económicos de una manera digna y además agradable. En otras palabras, “se puede
vivir del cuento”.
Para
cerrar este tema, y provocar su interés, transcribo lo que un profesional
Cuenta Cuentos, Jermán Argueta, escribe al respecto en sus Notas, cápsulas y reflexiones para los cuenteros y cuenteras:
El contar, el cuento
1.-
No hay que dejar morir a nuestros muertos; el olvido dicen los griegos, es
léthe, la muerte. Por eso es
imprescindible contar.
2.-
Contar es un acto contra el olvido.
3.-
Contar es un recuento de la vida, así nace el cuento. Cuento, luego existo, y me reinvento en la
fascinación de contarme.
4.-
Cuento viene de contar, el contar es la suma de palabras. El contar es una suma de sucedidos o
invenciones, es también un principio de las matemáticas.
5.-
La etimología de la palabra cuento viene del término computus, que significa
cuenta. Una cuenta matemática es un
cómputo.
6.-
Toda naturaleza tocado (sic) por la mujer y el hombre es una naturaleza
humanizada, por lo tanto tienen mucho que contar y evocar.
7.- Evocar, del latín evocare, es aparecer con la
palabra lo vivido y a los espíritus, invocarlos. Evocar es traer al pensamiento y a la voz lo
que de la memoria y lo imaginario viene.
Evocar es también recordar.
8.- Recordar viene del latín recordáre, re, es
otra vez y cor, cordis, es corazón.
Recordar es volver al corazón lo vivido.
9.-
En el contar hemos construido y le hemos dado significado a las cosas que nos
rodean y que son palpables con la mirada; el cosmos con su misterio nos pertenece. Y así hemos creado los mitos de origen, las
cosmogonías. El ser humano crea a sus
dioses y el mundo divinizado. Y en el
mundo divinizado nacen los mitos. El ser
humano es creador, mitómano por excelencia; cuentero pues.
10.- Contar es un acto para darle coherencia al
mundo que vive en medio del caos y del misterio. Al contar develamos y tocamos el inasible
misterio y ordenamos el caos.
11.- Y entre mitos y misterios se recrea el cosmos
y nace el cuentero, el chamán.
12.- ¿Y qué es le cuento? El cuento es la
canonización de la palabra, es un recuento de vida, una mirada al pasado, la
certidumbre de la memoria, polo opuesto del olvido, equilibrio del ser humano,
antídoto contra el suicidio, presencia de nuestros muertos, memoria de lo
vivido, invenciones de una abuela de mirada transparente, gesto sublimado,
espejo de muchos gestos, permanencia de los desparecidos, grandeza de la
mentira que ennoblece al cosmos.
13.- El cuento es entrega amorosa, pedazo de una
historia, encantamiento de la naturaleza, recuento del mito, el mito mismo,
leyenda mágica, encomienda sobrenatural, ensalzamiento del héroe, creación del
antihéroe, alegría de un niño, sabiduría del viejo, invención que tiene
principio, nudo y final, caracol de muchas voces, cántaro que canta fiestas,
lágrimas que saben a sal, suspiro que descansa el alma, noche interminable,
noche encantada, secreto y herencia de un moribundo, sueño de una niña, fuga de
la fantasía, fantasía habitada de fantasmas, sueño que se cuenta, creación del
subconsciente, subconsciente en vela… El cuento es la articulación de un viento
cálido llamado relato que tiene una trama de sucesos y caminos inciertos, un
nudo por desenredar y una sola puerta para llegar al final. El cuento es la canonización de la palabra.
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