domingo, 2 de junio de 2013

ORALIDAD, NARRACIÓN ORAL Y CUENTO



En alguna colaboración anterior, refiriéndome a las redes sociales, tuve la oportunidad de comentar acerca de El Diálogo. Decía entonces que el diálogo es una conversación entre varias personas,  que saber conversar es una virtud y que una buena conversación es un deleite, es motivo de disfrute. En esta oportunidad deseo agregar en favor de la oralidad,  otras bondades.
Recientemente participé de una grata experiencia al asistir a un Taller de Narración Oral.  Recordé que la oralidad es la forma de comunicación más natural, elemental y original del lenguaje humano y que éste, es una conducta basada en expresiones y símbolos orales que permiten la comunicación.  La importancia del lenguaje oral es tal, que a partir de él se transmite y se enseña tanto la cultura como el idioma y ha sido desde tiempos remotos el medio más importante de transferencia de información y de contacto personal. Cronológicamente hablando, la primera cultura del hombre es la cultura oral. La segunda es la cultura quirográfica o manuscrita –primera gran revolución de la escritura o palabra silenciosa- junto con la gutemberguiana o tipográfica –a partir del siglo XV-.  Y en la tercera etapa de la historia de la comunicación y con la bondad de los medios electrónicos, es posible difundir mensajes orales y escritos en diferentes lenguajes a gran velocidad y a un gran número de receptores.
Retomando el papel protagónico de la oralidad en esta ocasión, la novedad de este Taller de Narración Oral, fue percatarme de lo interesante que puede resultar una narración oral que es bien preparada y que además se complementa con el resto del lenguaje corporal del narrador.  Además de ejercitar la facilidad de palabra,  el narrador trabaja pues la expresión corporal, la dicción, la memoria y logra un gran acervo cultural; con todas esas acciones su actividad neuronal es indiscutible.  Dependiendo de su destreza, el narrador puede lograr capturar la atención del receptor contando de manera amena una historia, una anécdota, un cuento, una leyenda; la temática puede ser cualquiera, siempre que esté bien contada, con un lenguaje pertinente que no sea ofensivo para nadie y que pueda ser escuchado y comprendido por cualquier interlocutor, de cualquier edad. Y si todo esto no fuera suficiente,  esta actividad puede ser desarrollada por cualquier persona sin límite de edad y además puede ser remunerada.
Sí, así como lo oyen.  El cuento dicen los que conocen, es la composición literaria más antigua de la humanidad, pero actualmente se está convirtiendo en una forma de expresión moderna dotada de inagotables posibilidades.  Los Cuenta Cuentos, son personas que hacen de esta actividad su “modus vivendi”; además de contar cuentos o historias variadas, pueden impartir talleres, pueden dar conferencias, pueden escribir sus propias historias o adaptar algunas que les parecen interesantes; pueden participar en concursos.  Me parece que esta puede ser una alternativa que debe ser estudiada por los adultos mayores y que puede ser adecuada tanto para mantener una actividad neuronal conveniente y reunirse con amigos a contar cuentos, historias, leyendas, fábulas o anécdotas, como para allegarse recursos económicos de una manera digna y además agradable. En otras palabras, “se puede vivir del cuento”.
Para cerrar este tema, y provocar su interés, transcribo lo que un profesional Cuenta Cuentos, Jermán Argueta, escribe al respecto en sus Notas, cápsulas y reflexiones para los cuenteros y cuenteras:
El contar, el cuento
1.- No hay que dejar morir a nuestros muertos; el olvido dicen los griegos, es léthe, la muerte.  Por eso es imprescindible contar.
2.- Contar es un acto contra el olvido.
3.- Contar es un recuento de la vida, así nace el cuento.  Cuento, luego existo, y me reinvento en la fascinación de contarme.
4.- Cuento viene de contar, el contar es la suma de palabras.  El contar es una suma de sucedidos o invenciones, es también un principio de las matemáticas.
5.- La etimología de la palabra cuento viene del término computus, que significa cuenta.  Una cuenta matemática es un cómputo.
6.- Toda naturaleza tocado (sic) por la mujer y el hombre es una naturaleza humanizada, por lo tanto tienen mucho que contar y evocar.
7.-  Evocar, del latín evocare, es aparecer con la palabra lo vivido y a los espíritus, invocarlos.  Evocar es traer al pensamiento y a la voz lo que de la memoria y lo imaginario viene.  Evocar es también recordar.
8.-  Recordar viene del latín recordáre, re, es otra vez y cor, cordis, es corazón.  Recordar es volver al corazón lo vivido.
9.- En el contar hemos construido y le hemos dado significado a las cosas que nos rodean y que son palpables con la mirada; el cosmos con su  misterio nos pertenece.  Y así hemos creado los mitos de origen, las cosmogonías.  El ser humano crea a sus dioses y el mundo divinizado.  Y en el mundo divinizado nacen los mitos.  El ser humano es creador, mitómano por excelencia; cuentero pues.
10.-  Contar es un acto para darle coherencia al mundo que vive en medio del caos y del misterio.  Al contar develamos y tocamos el inasible misterio y ordenamos el caos.
11.-  Y entre mitos y misterios se recrea el cosmos y nace el cuentero, el chamán.
12.-  ¿Y qué es le cuento? El cuento es la canonización de la palabra, es un recuento de vida, una mirada al pasado, la certidumbre de la memoria, polo opuesto del olvido, equilibrio del ser humano, antídoto contra el suicidio, presencia de nuestros muertos, memoria de lo vivido, invenciones de una abuela de mirada transparente, gesto sublimado, espejo de muchos gestos, permanencia de los desparecidos, grandeza de la mentira que ennoblece al cosmos.

13.-  El cuento es entrega amorosa, pedazo de una historia, encantamiento de la naturaleza, recuento del mito, el mito mismo, leyenda mágica, encomienda sobrenatural, ensalzamiento del héroe, creación del antihéroe, alegría de un niño, sabiduría del viejo, invención que tiene principio, nudo y final, caracol de muchas voces, cántaro que canta fiestas, lágrimas que saben a sal, suspiro que descansa el alma, noche interminable, noche encantada, secreto y herencia de un moribundo, sueño de una niña, fuga de la fantasía, fantasía habitada de fantasmas, sueño que se cuenta, creación del subconsciente, subconsciente en vela… El cuento es la articulación de un viento cálido llamado relato que tiene una trama de sucesos y caminos inciertos, un nudo por desenredar y una sola puerta para llegar al final.  El cuento es la canonización de la palabra.

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