domingo, 2 de junio de 2013


REFLEXIÓN



La vejez, como cualquier otra de las etapas del ciclo  vida, tiene sus retos  y motivaciones. Se puede disfrutar o padecer;  mas, el proceso de envejecimiento debe proyectar actitud positiva; requiere motivación, constancia y visión. Hagamos un ejercicio de Reflexión con y para quienes han entrado en la 4ª década de la vida y, que estando en plenitud, evolucionan a la adultez mayor:

v Compromiso: Hágase indispensable siendo un ser de soluciones y no de problemas.

v Trato: Trate a los demás como los seres más importantes sobre la faz de la tierra, “sé con tu prójimo como lo eres contigo mismo”

      Acción: El triunfador y el perdedor tienen los mismos problemas, la diferencia está en que el primero actúa para resolverlos y el segundo procura evitarlos.

      Actitud mental: No pierda el tempo lamentándose de los problemas, mejor  resuélvalos; es preferible encender una vela que maldecir las tinieblas.

      Superación: Haga hoy su trabajo mejor que nunca, recuerde que siempre habrá una mejor forma de hacer las cosas.

      Reto:  Desafíe sus limitaciones y no se bloquee pensando que no se puede lograr; sólo los audaces llegan a la cumbre.

      Constancia:  Para obtener el éxito haga de cada hora de su vida un triunfo, sumará al final de la jornada: un día de excelencia, así una semana, un mes, un año, una vida de éxito. El éxito se alimenta de éxito.

      Motivación:  Motívese diariamente. Inicie el día con una sonrisa, es la prenda más bella que podemos lucir ante los demás, empaque sus problemas en la bolsa y sonría, sonría, sonría.

      Trascendencia: Usted es importante, condúzcase en todo lo que haga como lo que es: un ser extraordinario. Que su vida no sea un fugaz chispazo, sino una antorcha que alumbre por siempre.

v Recuerda…

La vejez, no es un problema, sino una etapa de la vida y los seres humanos no perdemos nuestro valor como tales aunque algunos seamos ancianos y estemos enfermos, ciegos, sordos, o tengamos dificultades para caminar, porque la vida es una sola, y no se termina con la juventud ni con la madurez, sino que culmina en una tercera edad que haya sabido nutrirse de ambas.

« EN LOS OJOS DEL JOVEN ARDE LA LLAMA, PERO EN LOS OJOS DEL  ADULTO MAYOR BRILLA LA LUZ»

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