“A VECES
ES BUENO CERRAR ALGUNAS PUERTAS… NO POR ORGULLO, NI POR SOBERBIA, SINO PORQUE
YA NO LLEVAN A NINGUNA PARTE”
Esta página, “Viejos, pero no solos”, pretende: TRANSMITIR, FACILITAR, VINCULAR Y PROMOVER LA VEJEZ SALUDABLE, ACTIVA Y EXITOSA.
martes, 2 de julio de 2013
CAIDAS
Las caídas se presentan con mucha
frecuencia en los adultos mayores provocando fracturas e inmovilidad, con el
consecuente riesgo para la presencia de
úlceras en la piel en las en las zonas de presión, infecciones pulmonares,
enfermedades cardiovasculares, limitaciones físicas permanentes, aislamiento,
depresión y, en ocasiones pueden ser causa de muerte. Se tiene calculado que
aproximadamente la tercera parte de los ancianos sufre caídas durante el año,
asimismo se ha reportado que éstas son el motivo de más del 50 %de las
consultas de los adultos mayores en el servicio de urgencias y más del 30% de
las causas de muerte en los mayores de 65 años son consecuencia o están
asociadas a las caídas.
Principales factores de riesgo de caídas durante el envejecimiento.
Entre los factores de riesgo para
la ocurrencia de las caídas en los ancianos podemos resaltar la edad, ya que se
reconoce que las personas mayores de 75 años tienen mayor riesgo de caídas,
independientemente de su estado de salud. Asimismo las caídas se presentan con
mayor frecuencia en las mujeres que en los hombres, debido a que durante esta
etapa de la vida, en general, tienen mayor actividad física y desplazamiento,
además de ser más longevas (viven más años que los hombres).
También, durante el envejecimiento
se agudiza la disminución de la respuesta de reacción física ante los
obstáculos, en la coordinación y en el equilibrio, lo que hace más vulnerable
al anciano para las caídas.
Por otro lado, la disminución de la
agudeza visual y auditiva, el estado de salud (enfermedades crónicas), el
consumo crónico de medicamentos (antihipertensivos, antidepresivos y
ansiolíticos) y la inactividad física (sedentarismo) favorecen la presencia de
las caídas. Asimismo, el ejercicio físico inadecuado, considerando el tipo
(movimientos que requieren mucho equilibrio y coordinación) el tiempo (excesivo
para su capacidad física) y el lugar (pisos con baches y objetos que estorban
durante la actividad) pueden ser causa de caídas. Por otro lado, las mascotas
libres donde transita el anciano (perros, gatos, gallinas y otras mascotas que
corren libremente), las condiciones del piso (resbaladizo, con baches,
alfombras mal colocadas), el uso frecuente de escaleras( el riesgo se
incrementa si no tienen pasamanos y la pendiente es muy vertical)y el desorden
en la ubicación de objetos por donde transita el adulto mayor (barreras
arquitectónicas).
Entre los principales factores de
riesgos para sufrir caídas se encuentran los siguientes: el vivir solo, la iluminación inadecuada de la habitación,
la colocación de espejos grandes en las paredes, los canceles con vidrios
grandes y el uso de calzado inadecuado (chancletas, zapatos con agujetas
desabrochadas, zapatos de tacón alto) o pijamas con pantalón excesivamente
largo, el consumo de bebidas alcohólicas, así como evitar el uso de aditamentos
necesarios (bastón, andadera, lentes).
Lugares más frecuentes donde ocurren las caídas.
El sitio en donde se presentan con
mayor frecuencia las caídas son en el interior de las habitaciones (principalmente
en las escaleras, el baño, la recamara y el patio); aunque también fuera de la
casa pueden presentarse en los espacios en donde se realizan ejercicio físico y
transitan frecuentemente y se encuentran con pisos con baches o hay conductores
de bicicletas, niños y mascotas corriendo.
Barreras arquitectónicas que favorecen las caídas.
Se consideran como barreras
arquitectónicas la estructura física de la vivienda y de los lugares donde
transita el adulto mayor que obstaculizan su desplazamiento y constituyen un
factor de riesgo para caídas, como las escaleras, sobre todo con pendientes muy
pronunciadas y sin pasamanos; asimismo los pisos empedrados, resbaladizos y con
baches; los escalones para dividir las habitaciones; las alfombras mal colocadas,
desprendidas o rotas y tapetes movibles; baños con pisos resbaladizos y sin
pasamanos; objetos que obstruyan el paso y favorezcan las caídas (muebles,
juguetes, ropa, periódicos y revistas, cables de luz, palos de escoba y basura
en el piso).
Principales padecimientos asociados con caídas.
Todas las patologías agudas
(infecciones) y crónicas que cursan con debilidad, hipertermia(aumento de la
temperatura corporal) alteraciones del equilibrio y la coordinación,
constituyen factores de riesgo para las caídas. Entre las enfermedades más
frecuentes relacionadas con las caídas se pueden resaltar la enfermedad de
Parkinson, demencias, enfermedades cerebro vascular, alteraciones
visuales(cataratas, retinopatías, glaucoma), problemas agudos y crónicos del
oído, hipotensión arterial, problemas deformidades de los pies (juanetes,
callos, espolones).
Medicamentos que incrementa el riesgo de caídas,
La polifarmacia (consumir tres o
más medicamentos distintos) constituye un factor de riesgo para las caídas.
Los medicamentos que se asocian con
mayor frecuencia son los sedantes (nitracepam, fluracepam, bromacepam, diacepam),
hipnóticos (triazolam), antidepresivos (amitritilina, imipramina),
antipertensivos (metil-dopa, captopril, idralacina), digitalicos (digoxina),
diuréticos (furosemida) y medicamentos para padecimientos psiquiátricos en
general.
Evaluación del equilibrio y marcha, para determinar el riesgo de
caídas.
Es conveniente evaluar el
equilibrio y la marcha de los adultos mayores para tomar las medidas preventivas
pertinentes y evitar las caídas.
Medidas preventivas para las caídas.
Las principales medidas
recomendadas para evitar caídas son las siguientes.
·
Si tiene algún padecimiento agudo o crónico que
altere el equilibrio y la marcha, solicitar ayuda para deambular y en caso
necesario utilizar aditamentos para desplazarse como bastones y andaderas.
·
Si consume 3 o mas medicamentos diferentes al
día, preguntar a su médico si alguno de ellos le ocasionará mareo o
alteraciones en el equilibrio y la marcha.
·
Revisar periódicamente las barreras
arquitectónicas en el hogar y los obstáculos que pueden favorecer las caídas:
escaleras, escalones, barandillas, objetos en el piso(juguetes, ropa,
periódicos, revistas, cables, palos, cajas, basura y cascaras de fruta).
·
Preferentemente, eliminar las alfombras y los
tapetes en la casa.
·
Evitar que las mascotas y animales de corral
transiten libremente por donde se desplaza el anciano.
·
Limitar en lo posible que los niños pequeños
corran de manera descontrolada por donde transiten los ancianos.
·
Evitar la colocación de espejos grandes en los
pasillos.
·
Las ventanas grandes y canceles deben tener un
señalamiento identificable.
·
Se deben mantener con luminosidad suficiente los
sitios en donde transita el anciano.
·
Instalar en el baño agarraderas para que el
adulto mayor se apoye en sus movimientos
durante el baño o en caso de mareos.
·
Eliminar el piso resbaladizo de los sitios donde
transita el anciano.
·
Evitar en lo posible el uso de pijamas de
pantalón largo.
·
No usar chancletas para caminar en la casa o en
la calle.
·
Usar zapatos cómodos y abrochados.
·
Preferentemente, realizar ejercicio físico
acompañado. Si realiza movimientos de equilibrio o coordinación tener cerca un
apoyo para sostenerse en caso de sentirse mareado.
·
No realizar ejercicio que exceda su capacidad
física.
·
Si practica caminata debe llevarla a cabo cerca
de su casa y en el mismo lugar para que sea fácilmente localizable, previa
revisión de que no existen baches u obstáculos que puedan propiciar una caída.
·
Si vive solo debe tener un timbre de aviso o una
extensión del teléfono ( o celular) en el piso para solicitar ayuda en el caso
de una caída.
·
Tener a la mano los teléfonos de emergencia y de
los familiares.
·
Debe recoger todos los objetos del piso de la
recamara, para que si se levanta en la penumbra no tropiece.
·
Para fortalecer músculos y mantener la
coordinación debe llevar a cabo ejercicio físico de manera regular.
·
Si tiene problemas con la visión debe acudir con
el oftalmólogo.
·
Debe levantarse lentamente después de sentarse y
acostarse para evitar baja de presión y mareos.
*Víctor M. Mendoza Núñez y María de
la Luz Martínez Maldonado.
SEGUN EL BIOLOGO INGLES LEWIS WOLPERT, LA VEJEZ NO MATA
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TIEMPO LIBRE
Después de haber
disfrutado de la actividad de producir los excelentes dulces mexicanos, ahora
les platicaré sobre las AFORES, como funcionan y que beneficios proporcionan.
AFORES, mejor conocida
como “Administradoras del fondo de ahorro para el retiro” son instituciones
financieras privadas de México que administran
fondos de retiro y ahorro de los trabajadores afiliados al IMSS e ISSSTE.
Fueron creadas por ley
del seguro social de 1997e iniciaron su operación en julio del mismo año. Están
reguladas por la CONSAR: Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el
Retiro”. Su finalidad es que todos los trabajadores puedan contar con una
pensión al momento de su retiro, cuando los recursos de la AFORE no son
suficientes para la pensión, el trabajador recibe una pensión garantizada del
gobierno equivalente a un salario mínimo del Distrito Federal por día y que se
actualiza el mes de febrero todos los años conforme al INPC.
·
Retiro, cesantia en edad avanzada y
vejez
·
Aportaciones voluntarias
·
Aportaciones complementarias
·
Vivienda, la AFORE solo informa al
trabajador el saldo de su cuenta, los recursos los administra el INFONAVIT.
Existen 5 SINFORES de
acuerdo al grado de edad del trabajador:
1.-
mayores de 56 años
2.-
entre 46 y 55 años
3.-
entre 37 y 45 años
4.-
entre 27 y 36 años
5.-
menores de 26 años
El funcionamiento de la
AFORE se da con el salario que recibe el trabajador se le descuenta una
cantidad que junto con otra cantidad que
aporta el patrón y con una cantidad que aporta el Gobierno. Esto forma
un fondo de ahorro que inicia desde el primer dia de trabajo. Con el AFORE se
pueden mejorar las condiciones de vida de los jubilados, se incrementa el
ahorro interno e incrementa la inversión productiva.
Actualmente existen 21
AFORES en México, es importante considera que la comisión que cobre el AFORE
impacta el monto de tus recursos de manera significativa.
·
En ventanilla
·
Por internet
·
Para trabajadores independientes
En un principio sólo
existía este beneficio para los trabajadores del IMSS, después, en el 2005 se
incorporó a los trabajadores del ISSSTE para finalmente, en la actualidad
cualquier persona trabajadora en activo puede tener este beneficio.
Es importante saber que
jubilarse hoy en día y salir pensionado es una posibilidad mínima ya que las
nuevas formas de contrato son mediante “out sourcing” lo que significa que las
empresas solamente contratan por periodos de 6 meses o un año. Esto para
impedir que sume el trabajador años en activo, lo que impide alcanzar la
jubilación y aun peor, empresas como los bancos, con esta nueva forma de empleo
no proporcionan seguro médico y otras prestaciones.
Así que lo más
recomendable para ti i estás en activo o para alguno de los miembros jóvenes de
tu familia es que al abrir una AFORE, lo hagan por su cuenta y empiecen a
cotizar por su propia cuenta.
lunes, 1 de julio de 2013
LAS REDES DE APOYO Y EL SENTIDO HUMANITARIO
Hace
tres o cuatro años, mi madre fue
sometida a una cirugía de vesícula a los más de ochenta años que entonces
tenía, ahora tiene noventa. Cualquier
tipo de cirugía a cualquier edad, implica un riesgo; sin embargo después de los
ochenta años, para alguien de tanta edad, puede significar una serie de complicaciones
que en el mejor de los casos pueden provocar gran sufrimiento físico, o en el
peor, una muerte casi segura.
Con
gran preocupación por tal motivo, la noche que fue intervenida quirúrgicamente,
me encontraba yo en la sala de espera del hospital en el que estaba ella
internada, aguardando a que me dieran noticias de su estado después de la
cirugía. Presa de total angustia y
alteración emocional tanto por la condición de mi madre, como por los
comentarios de los familiares de otras personas que se encontraban esperando
noticias, de sus enfermos que estaban también en quirófano, caminaba yo de un
lado a otro de la sala de espera para calmar los nervios.
Después
de casi cuatro horas, finalmente salió el médico a darme razón de lo acontecido
con la cirugía y tratando de suavizar la situación, finalmente dijo que había
terminado con éxito, pero que durante el proceso, a mi madre le había subido
mucho la presión, que había sido difícil controlarla, que había estado en riesgo
inminente, que se encontraba bajo los efectos de la anestesia y que aún se estaba
tratando de estabilizar su presión arterial.
Por eso la tardanza.
Ella
aún se encontraba en recuperación, pero las instrucciones del médico para mí
fueron que me subiera a la habitación que le estaba destinada y esperara a que
llegara y la instalaran en su cama. Eran
alrededor de las once de la noche. Seguí
las indicaciones: subí al piso correspondiente, busqué la habitación y el
número de cama. Entré, estaban las luces apagadas, pero un poco de claridad por
las luces encendidas del pasillo, permitían distinguir entre sombras que la
cama en esa habitación estaba ocupada por un cuerpo amortajado; dentro había un
silencio sepulcral. Era la primera vez
que yo tenía una experiencia tal en un
hospital y el impacto que me causó el hallazgo me cuesta trabajo
describir. Me parece que nunca antes
había visto un cuerpo amortajado; era literalmente una perfecta envoltura
blanca con lienzos como sólo en película había visto en las momias egipcias. No
daba crédito a lo que estaba frente a mis ojos; el médico me acababa de decir
que mi madre estaba muy delicada, pero no me dijo que hubiera muerto. La razón
me decía que había un error, pero la emoción obnubiló mi visión y un escalofrío
inundó y estremeció mi cuerpo.
Tratando
de controlarme, rectifiqué el número de la cama, salí lo más rápido que pude de
la habitación a rectificar igualmente el número de la habitación y con
celeridad pregunté al personal de guardia si habían subido del quirófano una
paciente que fue operada de vesícula esa noche.
Entonces dijeron que aún no subían a ningún operado en ese turno y que
la habitación donde la ubicarían era otra.
Emití un respiro de tranquilidad; pero el susto que había yo pasado, ya
nadie me lo podía quitar. Esa madrugada
bajé a quirófano varias veces, porque mi madre llegó a su habitación hasta las
cuatro o cinco de la mañana. Estuvo
internada una semana, durante la cual mi estado nervioso alterado por la
preocupación de la condición y la edad de mi madre, mis desveladas, mis malpasadas, y las experiencias y
confusiones vividas durante esos días, estaba a punto de estallar.
Una
de esas tardes, cuando me encontraba sentada en la sala de espera sola, cavilando mis preocupaciones, de pronto se acercaron tres jóvenes
adolescentes, un chico y una señorita de alrededor de diez y ocho años y una
niña como de doce. La joven mayor, tomó
la palabra y me preguntó si tenía yo algún familiar enfermo y hospitalizado, a
lo cual contesté que sí. Acto seguido,
dirigiendo la mirada a la niña menor, la chica mayor le cedió el turno de
hablar. Los jóvenes mayores estaban introduciendo a la pequeña en la práctica
de esa labor social. La chiquilla visiblemente nerviosa, me preguntó entonces
quién era mi familiar, cómo se llamaba y
si me parecía bien que nos uniéramos en oración los cuatro para pedir por la
salud de mi enferma. No obstante la
falta de experiencia de la niña, fue una propuesta que en todo momento se
mostró respetuosa, pero además de ello, una acción tan espontánea y
desinteresada que toma por sorpresa, que desde luego no se puede rechazar y por
supuesto que a cualquiera lo hace sentir que no está solo en esas tribulaciones.
Nos
unimos los cuatro en oración, les di las gracias cumplidamente y los tres
chicos se retiraron a seguir ofreciendo su apoyo a los familiares de otros
enfermos. Para mí, estos chicos resultaron ser unos verdaderos ángeles a
quienes quedo eternamente agradecida y pido para ellos sólo bendiciones.
Bien
mirada, esta también es una red de apoyo informal que evidencia el sentido
humanitario de aquéllos que saben que “no sólo de pan vive el hombre”. De quienes saben que una palabra de aliento
en el tiempo adecuado levanta el ánimo más decaído. Que la solidaridad en
momentos de vulnerabilidad emocional y difíciles situaciones hace sentir que la
soledad no existe porque la compañía de un semejante sensible llena cualquier
vacío. Eso es amor incondicional al prójimo. Y esa es otra forma de apoyo que puede ser
practicada no sólo con adultos mayores, sino con cualquier persona que lo
necesite y lo permita.
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