"…cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño,
por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre".
(Gabriel García Márquez)
Esta página, “Viejos, pero no solos”, pretende: TRANSMITIR, FACILITAR, VINCULAR Y PROMOVER LA VEJEZ SALUDABLE, ACTIVA Y EXITOSA.
lunes, 2 de junio de 2014
Zóster
Es una erupción vesicante y dolorosa debido al virus
varicella-zoster, que ocasiona la varicela.
Ver también: síndrome de Ramsay Hunt
Causas
Después de que uno contrae varicela, el virus permanece
inactivo (latente) en ciertos nervios del cuerpo. La culebrilla o zóster ocurre
cuando el virus se reactiva en estos nervios después de muchos años.
La razón por la cual el virus se vuelve activo de nuevo no
es clara. Con frecuencia, sólo se presenta un ataque.
El zóster se puede desarrollar en cualquier grupo de edad,
pero uno tiene mayor probabilidad de desarrollar la afección si:
Tiene más de 60 años.
Le dio varicela antes de cumplir un año.
Su sistema inmunitario está debilitado por medicamentos o
enfermedad.
Si un adulto o un niño tienen contacto directo con la
erupción por herpes zóster y no les dio varicela de niño o no recibieron la
vacuna contra esta enfermedad, pueden desarrollar varicela y no zóster.
Síntomas
El primer síntoma generalmente es un dolor en un solo lado,
hormigueo o ardor. El dolor y el ardor pueden ser intensos y generalmente se
presentan antes de que aparezca cualquier erupción.
En la mayoría de las personas, se forman parches en la piel,
seguidos de pequeñas ampollas.
Las ampollas se rompen, formando pequeñas úlceras que
comienzan a secarse y formar costras, las cuales se caen en dos a tres semanas.
La cicatrización es rara.
La erupción generalmente involucra un área estrecha de la
columna alrededor de la parte frontal de la región ventral o el pecho.
La erupción puede comprometer la cara, los ojos, la boca y
los oídos.
Otros síntomas pueden abarcar:
Dolor abdominal
Fiebre y escalofríos
Sensación de malestar general
Úlceras genitales
Dolor de cabeza
Dolor articular
Inflamación de los ganglios linfáticos
Igualmente se puede presentar dolor, debilidad muscular y un
salpullido que compromete diferentes partes de la cara si el zóster afecta a un
nervio facial. Los síntomas pueden abarcar:
Dificultad para mover algunos de los músculos en la cara
Caída del párpado (ptosis)
Hipoacusia
Pérdida del movimiento del ojo
Problemas en el sentido del gusto
Problemas de visión
Pruebas y exámenes
El médico puede hacer el diagnóstico al examinar la piel y
hacer preguntas acerca de la historia clínica.
En muy pocas ocasiones se necesitan exámenes, pero éstos
puede abarcar la toma de una muestra de piel para ver si está infectada con el
virus que causa el herpes zóster.
Los exámenes de sangre pueden mostrar un aumento en los
glóbulos blancos y anticuerpos contra el virus de la varicela, pero no pueden
confirmar que la erupción se deba al zóster.
Tratamiento
El médico puede prescribir un medicamento que combate el
virus, llamado antiviral, el cual ayuda a disminuir el dolor, prevenir
complicaciones y acortar el curso de la enfermedad. Se puede usar aciclovir,
famciclovir y valaciclovir.
Los medicamentos deben comenzarse al cabo de 24 horas de
sentir por primera vez el dolor o el ardor. Es mejor empezar a tomarlos antes
de que aparezcan las ampollas. Por lo general, los medicamentos se suministran
en forma de pastillas y en dosis altas. Es posible que algunas personas
necesiten que se les administre el medicamento por vía intravenosa (IV).
Los medicamentos antinflamatorios fuertes llamados
corticosteroides, como la prednisona, pueden emplearse para reducir la
inflamación y el dolor. Estos fármacos no funcionan en todos los pacientes.
Otros medicamentos pueden abarcar:
Antihistamínicos para reducir la picazón (tomados por vía
oral o aplicados en la piel)
Analgésicos
Zostrix, una crema que contiene capsaicina (un extracto del
ají picante) que puede reducir el riesgo de neuralgia posherpética
Se pueden utilizar compresas húmedas y frías para reducir el
dolor. Los baños calmantes y lociones, como los baños de avena coloidal, los
baños de fécula o la loción de calamina, pueden ayudar a aliviar la picazón y
la molestia.
Asimismo, se recomienda el reposo en cama hasta que baje la
fiebre.
Mantenga la piel limpia.
No reutilice artículos contaminados.
Lave los artículos no desechables en agua hirviendo o
desinféctelos antes de reutilizarlos.
Se puede requerir permanecer alejado de las personas
mientras las lesiones estén supurando para evitar infectar a quienes nunca han
tenido varicela, especialmente las mujeres embarazadas.
Pronóstico
El herpes zóster normalmente desaparece en dos o tres
semanas y muy rara vez reaparece. Si el virus afecta los nervios que controlan
el movimiento (nervios motores), se puede presentar debilidad o parálisis
temporal o permanente.
Algunas veces, el dolor en el área donde ocurrió el zóster
puede durar de meses a años, lo cual se denomina neuralgia posherpética.
La neuralgia posherpética es más probable que se presente en
personas de más de 60 años y ocurre cuando los nervios han resultado dañados
después de un brote de herpes zóster. El dolor va de leve a muy intenso.
Posibles complicaciones
Las complicaciones pueden abarcar:
Otro ataque de herpes zóster
Infecciones cutáneas bacterianas
Ceguera (si el herpes zóster se presenta en los ojos)
Sordera
Infección, incluidas encefalitis o sepsis (infección de la
sangre), en personas con el sistema inmunitario debilitado
Síndrome de Ramsay Hunt si el herpes zóster afecta los
nervios en la cara
Cuándo contactar a un profesional médico
Consulte con el médico si tiene síntomas de herpes zóster,
particularmente si no tiene defensas o si los síntomas persisten o empeoran. El
herpes zóster que afecta el ojo puede llevar a ceguera permanente si uno no
recibe cuidados médicos urgentes.
Prevención
Evite el contacto con salpullidos y ampollas de personas con
herpes zóster o varicela si nunca ha sufrido de varicela o no ha recibido la
vacuna contra esta enfermedad.
Hay disponibilidad de una vacuna contra el herpes zóster y
es diferente de la vacuna contra la varicela. Los adultos mayores que reciben
la vacuna contra el herpes zóster tienen menos probabilidad de tener
complicaciones por esta enfermedad.
El Comité de Asesoría sobre Prácticas de Inmunización
(United States Advisory Committee on Immunization Practices [ACIP por sus
siglas en inglés]) de los Estados Unidos ha recomendado que los adultos mayores
de 60 años reciban la vacuna contra el herpes zóster como parte de los cuidados
médicos de rutina.
Nombres alternativos
Herpes zóster o culebrilla
Referencias
Cohen J.
Varicella-zoster virus (chickenpox, shingles). In: Goldman L, Schafer AI, eds.
Goldman’s Cecil Medicine. 24th ed. Philadelphia, Pa.: Elsevier Saunders;
2011:chap 383.
Habif
TP.Clinical Dermatology. 5th ed. St. Louis, MO: Elsevier Mosby; 2009:chap 12.
Actualizado:
6/6/2013
Versión en
inglés revisada por: Jatin M. Vyas, MD, PhD, Assistant Professor in Medicine,
Harvard Medical School; Assistant in Medicine, Division of Infectious Disease,
Department of Medicine, Massachusetts General Hospital. Also reviewed by David
Zieve, MD, MHA, Bethanne Black, and the A.D.A.M. Editorial team.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.
LA NUEVA
IMAGEN DE LA
VEJEZ
¿! QUÉ
TIENE DE MALO SER VIEJO!?
Como en muchos otros temas sociales,
y por lo tanto humanos, la vejez está
evolucionando, en la manera de entenderla, de manejarla y de vivirla.
Hasta hace poco, a la vejez se le
daba un enfoque puramente asistencial; los gobiernos, la Iglesia y la familia
se han empezado a dar cuenta que “ningún dinero” alcanza si continuamos viendo a los viejos
como incapacitados dependientes.
Si bien es cierto que aproximadamente
el 20% de la población de adultos
mayores sí requieren atención especial, existe un 80% de personas mayores,
con un cúmulo inapreciable de conocimientos y experiencias desaprovechados.
Una iniciativa reciente la ha tomado
la Fundación “Caritas”, con un Programa de “Formadores Educativos”, personas de
todas las edades, con espíritu de servicio, a quienes capacitan para promover
una cultura dignificadora del adulto
mayor.
Los conocimientos y habilidades que
se transmiten tienen un enfoque de “Envejecimiento Activo”; concepto difundido
por la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, perteneciente a la Universidad
Autónoma de México.
Aprovechando las instituciones existentes (Iglesia y familia)
se parte para trabajar con la población de cada Parroquia, sin distinción de
credos.
La reflexión nos permite descubrir
verdades ocultas en nuestra mente, verdades que promueven inquietudes,
inquietudes que mueven a la acción. Partiendo de esta premisa podemos afirmar
que:
*Cada edad tiene sus ventajas y
limitaciones.
*Todos deseamos llegar a tener una vejez sana, creativa e independiente.
*Las
bases de una vejez plena han sido siempre las mismas: Alimentación adecuada,
ejercicio programado, control médico de padecimientos, actividad mental enriquecedora, autoestima
solida, fomento y conservación de redes de apoyo formales (dependencias
públicas) e informales (familia, amigos, vecinos), y además una consciente,
clara y activa espiritualidad.
*Todos aprendemos de todos.
Compartamos conocimientos, experiencias, inquietudes y sueños.
Los beneficios de la música en la tercera edad
En la vejez, los músicos cuentan con una mejor memoria
auditiva y son más capaces de oír y conversar en un ambiente ruidoso.
Escuchar música puede mejorar la capacidad de aprendizaje y
la comunicación, ayuda a estar de buen humor e, incluso, alivia el dolor
crónico. Pero no solo se obtienen beneficios de la música por el oído. Hasta
ahora, se sabía que aprender a tocar un instrumento aporta aspectos positivos a
niños y adultos, pero se ha demostrado que puede ayudar a discernir sonidos en
la vejez. La música en la tercera edad ayuda a superar estados depresivos o de
angustia y, junto con el baile, mejoraría el equilibrio y evitaría el riesgo de
caídas.
El entrenamiento musical puede beneficiar a los mayores y
compensar algunos de los efectos del deterioro por envejecimiento, según un
estudio realizado en la Universidad Northwestern, en EE.UU., y publicado en la
revista "PLoS One". El deterioro de las funciones más importantes
relacionadas con la edad -la memoria auditiva y la capacidad de oír y mantener
una conversación en un ambiente ruidoso- parece ralentizarse en las personas
que durante su vida se han dedicado a tocar un instrumento.
Música activadora de neuronas
Con toda probabilidad, según afirman los autores, el motivo
de este beneficio se debe a que los tonos musicales activan el sistema
nervioso, que crea una especie de archivo que permanece abierto con cada sonido
escuchado, además de estimular las distintas partes del cerebro que intervienen
en la actividad. Estas zonas se "entrenan" y permiten atrasar los
déficits relacionados con la vejez.
De ser cierta esta hipótesis, las conclusiones de este
estudio no deberían por qué limitarse al entrenamiento musical. Cualquier
actividad repetitiva que entrene al cerebro durante años ayudaría a adquirir
los máximos beneficios, más allá de la propia práctica. Las actividades
relacionadas con el lenguaje son un buen ejemplo: al llegar a la vejez, las
personas entrenadas comprenden mejor lo que leen (comprensión lectora), tienen
mayor facilidad para la comprensión escrita (escribir con coherencia, signos de
puntuación adecuados, textos bien estructurados...) y tienen una mejor
expresión al explicarse (argumentación y riqueza léxica).
La dificultad para discernir sonidos entre el ruido es una
de las quejas más comunes de los adultos mayores. La consecuencia más grave de
esta pérdida de audición relacionada con la edad es el aislamiento social e,
incluso, estados depresivos. Según el estudio de la Universidad Northwestern,
las mejoras neuronales relacionadas con la audición en los músicos no solo
consisten en funcionar como amplificadoras del volumen, sino que están
asociadas con una mayor capacidad para jugar con el sonido a través de los
instrumentos, armonías y ritmos.
Mejora de la actividad cerebral
La experiencia musical aporta agudeza mental relacionada con
la memoria visual espacial y con la capacidad del cerebro para adaptarse a
información nueva
En la "Guía de la depresión y la ansiedad" de la
Sociedad Española de Gerontología y Geriatría, la música se destaca como parte
de un tratamiento novedoso para ambos trastornos en la tercera edad. Se
denomina terapia de reminiscencia y se caracteriza por el regreso y la
expresión de recuerdos de experiencias pasadas, sobre todo, si fueron
significativas, tanto positivas como dolorosas. La reminiscencia se consigue
con la intervención de elementos facilitadores, entre los cuales figuran la
música, objetos, fotografías o antiguos diarios.
La música puede evocar tantos recuerdos del pasado debido a
que la región del cerebro donde se almacenan y recuperan sirve como centro de
unión entre estos, la música y la memoria. Este descubrimiento fue posible
gracias a investigadores de la Universidad de California (EE.UU.), que explicaron
así la razón por la cual la música provoca respuestas intensas en enfermos de
Alzheimer.
Los resultados del estudio de Northwestern concuerdan, en
cierta medida, con otro trabajo reciente llevado a cabo por científicos de la
Universidad de Kansas. Según sus conclusiones, publicadas en
"Neuropsychology", las personas con una mayor experiencia musical
adquieren más agudeza mental relacionada con la memoria visual espacial, con
nombrar objetos y con la capacidad del cerebro de adaptarse a información nueva
(flexibilidad cognitiva).
En este caso, los investigadores dirigieron la causa de este
beneficio al hecho de que, dado que estudiar un instrumento requiere años de
práctica y aprendizaje, quizá se creen conexiones alternativas en el cerebro,
que podrían compensarse ante los declives cognitivos cuando se envejece.
Conexiones neuronales
Muchos estudios habían revelado los beneficios de la música
y de tocar un instrumento en niños: mejora de las habilidades del lenguaje, la
memoria, la conducta o la inteligencia espacial. Todo englobado en el concepto
de plasticidad, que es el término que los científicos usan para describir la
capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar como resultado de la formación y
experiencia a lo largo de la vida de una persona. Las investigaciones sugieren
que esta adaptación durante la formación musical también prepara al cerebro
para otros aspectos de la comunicación humana a largo plazo.
Pero la música no solo mejora la neuroplasticidad, sino que
también permite que el sistema nervioso proporcione la capacidad para asimilar
e interiorizar patrones importantes para el aprendizaje. Tocar un instrumento
prepara al cerebro para elegir qué es relevante en un proceso complejo, como la
lectura, recordar una puntuación o coordinarse con otros músicos. Por este
motivo, muchos trabajos concluyen que los niños que aprenden a tocar un
instrumento tienen un mejor vocabulario y capacidad de lectura que sus
homólogos sin entrenamiento musical
Los beneficios de la música en la tercera edad
En la vejez, los músicos cuentan con una mejor memoria
auditiva y son más capaces de oír y conversar en un ambiente ruidoso Los
beneficios de la música en la tercera edad
En la vejez, los músicos cuentan con una mejor memoria
auditiva y son más capaces de oír y conversar en un ambiente ruidoso.
*Nuria Llavina Rubio.
¿Por qué nos enfermamos?
He observado que hoy por hoy,
tanto los hospitales públicos como los privados se encuentran atendiendo a una gran cantidad de personas,
no sólo viejas, sino de todas las edades y a juzgar por las evidencias,
paralelamente el consumo de medicamentos
semejan golosinas a ser
consumidas por niños - valga la
comparación-, debido a la variedad de
tamaños y colores, si no fuera por los
altos precios que alcanzan en el mercado.
Pareciera que la mayor parte de la sociedad en estos tiempos estuviera enferma; esto lo confirma el calendario de citas de
los hospitales del sector salud que cada vez las programan a mayor distancia y también la frecuente escasez de medicamentos que para poder ser entregados completos a los
derechohabientes, en el mejor de los
casos sucede después de dos o tres vueltas a la farmacia y en el peor de los
casos, el empleado reduce la cantidad
ordenada por el médico o niega el
medicamento que a resumidas cuentas debe ser comprado por el interesado; éste ve lesionado con ello su de por sí
sacrificada economía; todos son
igualmente afectados: las personas en
general y los jubilados o pensionados en particular. Por otra parte, al menos dentro de los
hospitales del sector salud, no hay médicos suficientes que atiendan la
creciente demanda de enfermos y curen sus enfermedades.
La percepción
mostrada en los renglones
anteriores, es desde luego una percepción personal, pero no está tan
alejada de la que tienen muchos derechohabientes que se quejan de las mismas
“aparentes deficiencias” de las que adolecen nuestras instituciones. Y hablo de
“aparentes deficiencias” porque no estoy segura de que realmente lo sean. Podría ser una “estrategia” del sistema: incumplir
también por sistema, se convierte en la “normalidad” que más adelante
comentaremos.
Pensando en que esto
es a todas luces una carrera entre enfermos y enfermedades, médicos y
medicamentos, me ocupé de pensar en otros enfoques que me convenzan de si en
realidad somos o no una sociedad enferma,
y de principio encontré lo siguiente.
Hace unos meses, tuve la oportunidad de escuchar por primera
vez con toda atención e interés, una conferencia con el título de este
encabezado; después la he escuchado otras veces más, y por ahora destaco
algunas notas que pongo a la consideración de los lectores para su
reflexión.
El expositor de la mencionada conferencia,
Roberto A. Pérez, diserta que,
“Los
conflictos en la conciencia son siempre el origen más profundo de las
enfermedades que se manifiestan en el cuerpo.
La sabiduría milenaria de oriente nos comunica que no hay enfermedades… hay personas que con su
realidad atraen enfermedades. ¿Será que
es necesario revisar nuestra vida personal y los núcleos de conflictos no
resueltos para prevenir alteraciones psico-físicas, que no son otra cosa que la
manera en que el cuerpo nos habla?”
El expositor asume que las enfermedades se originan por conflictos en la conciencia.
Considerando que la realidad y los conflictos son individuales, entonces cada
quien origina su propia enfermedad. Para
abundar en su dicho, el expositor
recurre entre otras cuestiones, a los aportes de culturas muy antiguas en la
historia de la humanidad; cita el caso de Platón (500 años a.C.) cuya concepción de lo humano
por vez primera la concibe como un alma unida al cuerpo. También se sustenta en
un tratado de medicina china (2,700 a.C.) en donde encuentra que “no hay
enfermedades sino enfermos”. Más
reciente en el tiempo, comenta respecto
de Eick Fromm -el psicoanalista, psicólogo social y filósofo humanista
alemán (1900-1980)-, que la enfermedad
ocurre por “querer lo que no es bueno para mí”.
Un dato más del conferencista es
la mención de una medicina humanista del doctor alemán Hamer (1935) quien sostiene que toda enfermedad deriva
del desamor y del desapego.
A partir de esos considerandos, deseo referirme
en especial a las dos últimas referencias que contienen información sobre la
que es necesaria una reflexión si realmente estamos interesados en comprobar
que cada persona es causante de su propia enfermedad. Además el aporte del
Doctor Hamer resulta sumamente novedoso.
Erich Fromm, estudió a profundidad la
influencia de la sociedad y la cultura en el individuo. A
través de sus estudios y observaciones, encuentra que en nuestra
sociedad moderna todos están preocupados por tener y no tanto por ser. Esto significa que cada persona para sentirse
importante se preocupa de tener variedad de objetos, hábitos, sentimientos.
Lo que corrobora incluso en el
lenguaje con el que expresa su posesión: mis hijos, mi esposa, mi casa, tengo
gusto, tengo coraje, tengo diabetes
–hasta la enfermedad es de su propiedad-. Esta forma normal de comportamiento a la que Fromm
llama “patología de la normalidad” es
una sutil enfermedad que consiste en
creer que lo que la sociedad considera “normal” es lo “bueno” y lo “correcto”
para cada uno de nosotros, por más que vaya en contra de nuestra verdadera
naturaleza. Así se podría resumir ese, “queremos aquello que no es bueno para
nosotros”, no es bueno porque nos hace
olvidar nuestra “esencia” que es el ser y no el tener. Desde esta perspectiva, si Fromm está en lo
cierto, somos los causantes de nuestros males.
Por lo que se refiere al
Doctor Ryke Geerd Hamer
y su Nueva Medicina Germánica, él explica la causa, el desarrollo y la curación
natural de las enfermedades con base en principios biológicos universales. Asevera que las enfermedades no son el
resultado de un mal funcionamiento o malignidad del organismo, sino Programas
Especiales con Sentido Biológico creados para ayudar a un individuo durante un
periodo de estrés emocional y psicológico.
A continuación incluyo de manera textual algo de su pensamiento al
respecto y también incluyo el enlace (link) que permite acceder al texto
completo sobre sus Cinco Leyes Biológicas que explican la causa, el desarrollo
y la curación natural de las enfermedades.
Valdría la pena tomar el tiempo para leerlo y especialmente reflexionar
sobre ello.
“Todas las
enfermedades tienen un significado biológico especial. Mientras tendíamos a considerar a la Madre
Naturaleza como falible y teníamos la audacia de creer que Ella comete errores
constantemente y produce descomposturas (crecimientos cancerosos malignos, sin
sentido, degenerativos, etc.) podemos ahora ver, mientras las vendas caen de
nuestros ojos, que sólo eran nuestra ignorancia y orgullo la única estupidez
en nuestro cosmos. Cegados trajimos frente a nosotros esta
medicina sin sentido, falta de alma y brutal.
Llenos de asombro, podemos ahora entender por primera vez, que la
naturaleza tiene un orden (eso ya lo sabíamos) y que cada cosa que ocurre en la
naturaleza tiene un propósito en el marco del todo y que los eventos que
llamábamos enfermedades no son alteraciones sin sentido que tienen que ser
reparadas por aprendices de hechicero.
Podemos ver que nada carece de significado, nada es maligno ni está
enfermo….”
Las palabras del Dr. Hamer son
sin lugar a dudas fuertes y no es de
extrañar que sus categóricas aseveraciones sean muy discutibles y tenga
detractores como ha sucedido a lo largo de la historia cuando una nueva forma
de pensamiento intenta introducirse en
el mundo científico. Lo mismo sucedió
con el pensamiento de Galileo, Fromm y de otros muchos que han realizado
investigaciones en los campos
científico, filosófico, artístico, etc., y han
aportado un punto de vista diferente a los ya conocidos. Para los legos y especialmente para quienes
dejamos atrás la juventud hace mucho tiempo y estamos transitando por el
proceso de envejecimiento o definitivamente estamos anclados en la vejez, es importante mantenernos informados y
aplicar en nuestra vida personal, herramientas que nos permitan mantener un
mejor estado físico y de salud.
Independiente del reconocimiento al trabajo o la reputación del Dr.
Hamer, si su investigación es aceptada o no por la comunidad médica, podemos a
partir de sus premisas, intentar acciones positivas en nuestra vida. Sin auto medicarnos, sin descuidar tampoco
nuestro tratamiento médico, podemos intentar un ejercicio de introspección y estar
atentos a nuestros pensamientos y nuestras emociones, lo cual nos evitará conflictos que puedan
romper nuestro equilibrio orgánico mediante alteraciones psico-físicas; esto
equivaldría a un examen de conciencia constante para poner al ego en su lugar y
rectificar nuestro comportamiento en todo momento que sea necesario. Si conseguimos logros benéficos para nuestra
mejora física, podremos colaborar
quitando carga de trabajo a las instituciones de salud, al tiempo que reducimos
el gasto por medicamentos y ayudamos a
la economía del país y quizás del mundo.
Si nuestra salud no mejora, el auto examen al menos nos dará
tranquilidad.
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