Más del 70 por ciento de los mayores de
65 años tienen algún trastorno en sus pies. Esto ocurre porque a cierta edad el
cuidado de esta parte del cuerpo es más difícil, pero también hay que tener en
cuenta que las revisiones médicas pasan por alto el cuidado podológico a no ser
que el propio paciente se queje de problemas en sus pies, lo que ocurre sólo en
el 26 por ciento de las ocasiones, según recientes estudios epidemiológicos
Unas 7.000 personas acogidas al Programa
de Termalismo del Imserso participan en la campaña “Pensando en los pies”, cuyo
principal objetivo es la detección precoz de enfermedades podológicas en la
población anciana de nuestro país. El proyecto ha sido puesto en marcha por el
laboratorio farmacéutico Novartis junto a la Sociedad Española de Geriatría y
Gerontología, la Academia Española de Dermatología y Venereología y el Imserso.
A lo largo del mes de octubre, tiempo en
el que se ha realizado el estudio, diversos podólogos y reumatólogos han
llevado a cabo la revisión podológica de los ancianos. Paliar la falta de
información sobre las patologías del pie, y por consiguiente la falta de
atención a éstas, es otro de los fines de este proyecto que se desarrolla en
veinte balnearios adscritos a los programas del Imserso y repartidos por toda
la geografía española.
Según el doctor Francisco Guillén,
presidente de la Comisión Nacional de Gerontología y jefe de Geriatría del
Hospital de Getafe, de Madrid, “hay que tener muy en cuenta el cuidado de los
pies, sobre todo en personas mayores porque estos trastornos disminuyen su
capacidad de movimiento y empeoran su calidad de vida” y, por tanto, están más
asumidos por la población.
Hongos, los más frecuentes
“Las enfermedades más comunes en los
ancianos son las infecciones por hongos, como la tiña de pie y la tiña de uña u
onicomicosis, pudiendo afectar hasta al 30 por ciento de la población geriátrica”,
explica el doctor Pablo Lázaro, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital
Gregorio Marañón de Madrid. “Para la prevención de estas patologías –continúa
Lázaro- todas las personas, pero sobre todo los ancianos, deben realizar
revisiones periódicas de sus pies, llevar un calzado adecuado y adoptar
determinados hábitos de higiene”.
Algunas de estas normas de cuidado de los
pies, sobre todo en los mayores, son “el lavado diario con agua tibia y jabón
neutro, cortar las uñas rectas y secar bien los pies, sobre todo en los
espacios interdigitales”, según comenta Virginia Novel, directora de la Clínica
Podológica de la Universidad de Barcelona y Presidenta del Consejo General de
Colegios de Podólogos de España.
Reticencias para ir al especialista
Aunque la atención primaria está
perfectamente preparada para ver y diagnosticar muchas de estas patologías, son
los pacientes los más reticentes a la hora de descalzarse y enseñar los pies a
su médico. El problema se agrava aún más si esta persona pertenece a la tercera
edad, ya que el simple hecho de agacharse para quitarse el calzado supone un
gran esfuerzo.
“La persona mayor debería tener acceso a
las revisiones podológicas dentro del sistema sanitario”, explica Novel, “la
causa es muy simple, deben realizar estas visitas al especialista más de una
vez al año y en cada ocasión deben realizar un desembolso de dinero”.
Según el doctor Francisco Guillén, “hay
otro tipo de cuidado como es el de la boca y los ojos, que al igual que el de
los pies deben ser costeados por el paciente, pero con los que los medios de
comunicación y otras instituciones están más sensibilizados”.
http://www.dmedicina.com/enfermedades/enfermedades-del-pie/2002/10/27/ancianos-aprenden-cuidar-pies-5253.html
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