martes, 31 de enero de 2012

14  DE  FEBRERO.  ¿ENVEJECIMIENTO DEL CORAZÓN?
(María del Carmen arias García)

Existen formas literarias que nos permiten escribir sobre
un tema de experiencia personal sin necesidad de ser
una autoridad académicamente reconocida sobre el
 tema; y que mejor que tratar sobre la importancia del
Amor, y del amor en las personas adultas mayores.
Ubicándonos cronológicamente en la etapa de la vida
 humana en la que se concluye la maduración del
 organismo y se inicia, de manera imperceptiblemente la
 vejez, podemos afirmar que, dentro de una aceptable
 “normalidad”, continuamos necesitando de un aliciente,
 de una ilusión que haga latir  (literalmente) el corazón.
No nos estamos refiriendo solamente a un estado
 romántico de sentimientos superficiales o  de aventura,
 sino de una serie de características y de efectos
 biológicos, de salud y sobrevivencia.
Cuando esto no se tiene, el motor, la energía que mantiene funcionando todos los órganos y sistemas del organismo (junto con en el ejercicio, la nutrición y la activación de los procesos mentales), empieza a fallar. Ya no se cuenta con la emoción por estar vivo.
Existen casos extremos en que se presenta un “apagón emocional”. Los profesionales de las emociones se refieren a este fenómeno  como un estado en el que cada vez más ancianos deciden no seguir  viviendo. No es una depresión, sino una falta de ilusión.  Los informes científicos y las estadísticas hablan de que numerosas muertes de ancianos se producen en ausencia de patologías diagnosticadas; es decir sin padecer ninguna enfermedad.
El catedrático de fisiología humana de la Facultad de
 Medicina de la Universidad Complutense de Madrid Dr.
 Francisco Mora, es un experto en este tema y así lo
 explica y divulga.
Por lo tanto, hay que activar ese motor gravado en nuestros genes y proporcionarnos el remedio a este padecimiento: buscar y tener una ilusión, una  motivación,  para que la fuerza que da el aprecio, cariño y amor en todas sus formas se vea reflejado en el sistema defensivo del organismo.
El corazón no envejece; el amor es una necesidad vital que no caduca, no la ignoremos.

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