UNA SINGULAR RED DE APOYO
En el mes de marzo, se conmemora un aniversario más del
natalicio de nuestro Juárez y ese es el motivo por el que dedico un espacio
para presentar algunos aspectos poco conocidos de su historia política.
[..En el contexto político, se le conoce como el "Benemérito de las
Américas".[] Esta designación
significa que es merecedor de reconocimiento y se sustenta en dos importantes testimonios:
1) El Decreto emitido por el Congreso de los Estados Unidos de Colombia el
2 de mayo de 1865, en reconocimiento a su constancia en defender la libertad y
la independencia de México y
2) El homenaje de la Facultad de Medicina San Fernando de Lima, Perú el 28
de julio de 1867, en el que se le otorgó una medalla de oro por “El triunfo
obtenido sobre la intervención extranjera”.
La anécdota que rodea este segundo acontecimiento, es a todas luces
singular. La iniciativa parte de un grupo de jóvenes alumnos, quienes deciden
hacer el reconocimiento y sufragarlo de sus propios recursos personales. Sobre este testimonio, se puede consultar la Revista de
la Sociedad Peruana de Medicina Interna (Vol 23, No. 3, Jul-sep 2010). En ella
se describe:
La primera medalla que se batió en su nombre -se refiere a la
Facultad de Medicina de San Fernando-, corresponde a un rarísimo ejemplar,
fechado en 1867, y que presumimos único, el cual se acuñó en homenaje a la
victoria que alcanzó, luego de una cruenta guerra, el Presidente de México don
Benito Juárez ante el Emperador Maximiliano I.
Estos hechos sucedieron en el contexto de una época muy turbulenta,
en la que los europeos intentaron recuperar sus posesiones en América. Si no,
recordemos nuestra disputa con España, concluida con la victoria peruana del 2
de mayo de 1866. Por ello, no resultó extraño que los alumnos sanfernandinos,
conmovidos por esta demostración de patriotismo y en aras de la solidaridad americana,
decidieran obsequiar a Juárez una soberbia medalla de oro, lo que debió
significar un desembolso muy oneroso para el peculio de estos jóvenes.
Los Anales de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, Perú, aportan otro dato más al respecto:
El eminente
bibliófilo y numismático italiano don Sergio Guarisco Pozzi, quien vivió muchos
años en nuestro país, fue quien vio dicha medalla y nos relató esta interesante
historia. Ello nos estimuló a buscar información más precisa acerca de aquella
medalla. Con ese propósito, nos comunicamos con la Curaduría Numismática del
Museo Nacional de Historia de México, que gentilmente nos proporcionó la
siguiente descripción: La medalla es una pieza acuñada, grabada y esmaltada,
con una estrella surmontada de diamantes, que pende de una cinta de color rojo
y rematada en su parte superior por una
estrella de 9 diamantes, de los cuales
destaca el central, por su mayor tamaño; en el extremo inferior, presenta un
moño de oro con esmalte negro. La leyenda del anverso, con letras en
altorrelieve, reza “Al D. D. BENITO JUAREZ, LA ESCUELA DE MEDICINA DE LIMA” y,
al centro, también en altorrelieve, aparecen los escudos nacionales del Perú y
México. La leyenda del reverso, con
letras grabadas y esmaltadas en negro, advierte que la medalla fue otorgada al
presidente Benito Juárez “POR EL TRIUNFO OBTENIDO SOBRE LA INTERVENCIÓN EXTRANJERA,
JULIO 28 DE 1867” (Figura 1).
Carlos Sierra refiere
que la medalla “representa un homenaje de los estudiantes de la carrera de
medicina de Lima, Perú, al Benemérito de las Américas, Benito Juárez, que le
mandaron hacer por medio de una recaudación de fondos para manifestar su
reconocimiento por el triunfo obtenido sobre la intervención extranjera en
México, en el año de 1867”.
La descripción
textual de este objeto, llama la atención. El interés por admirarlo
físicamente, quizá a través de una fotografía, se despierta. Pero en la red, sólo fue accesible la foto
del anverso que se encuentra en la figura 1.
En ocasiones la imaginación sin
embargo, no alcanza para visualizar y la
imagen del reverso no fue posible presentarla.
Por lo mismo incluimos ejemplos de imágenes que pretenden acercarnos a
una idea de cómo puede lucir el reverso del objeto.
A lo largo de la
descripción, la palabra “surmontada” resulta extraña al neófito y se justifica
porque pertenece al vocabulario heráldico.
La Real Academia Española, dice que la heráldica es el arte de explicar
y describir los escudos de armas de cada linaje, ciudad o persona y el diccionario
heráldico refiere que surmontada es una pieza o mueble que tiene otra sobre
ella, pero que no se tocan. Entonces las
figuras 2 y 3 con su respectiva
descripción textual, muestran la descripción plástica, es decir, describen la
forma.
En este escudo aparecen dos castillos de oro aclarados de azur,
surmontados por siete estrellas de plata de cinco puntas
En esta arma de oro,
un monte de gules moviente de la punta surmontada de una flor de lis de azur.
Ahora ¿cómo imaginan
la medalla otorgada a Juárez? acuñada, grabada y esmaltada, con una estrella
surmontada de diamantes, que pende de una cinta de color rojo y rematada en su
parte superior por una estrella de 9 diamantes, de los cuales destaca el
central, por su mayor tamaño. Si la
imaginación no es muy buena, la invitación está abierta para acudir al Museo
Nacional de Historia -donde es de suponer que se encuentra- y admirar en vivo
tan singular medalla otorgada a Juárez por los estudiantes de Lima, Perú.
Después de conocer
estos antecedentes, es probable que los
mexicanos podamos redescubrir y reconocer también la importancia de este
personaje ilustre que no por ser recordado cada año en el aniversario de su
nacimiento, homenajeamos merecidamente.
Algunos mexicanos del
México actual, quizá ni siquiera sepan el significado de la palabra
“benemérito” y este espacio que pretende destacar también lo que significan hoy
las Redes de Apoyo -para todas las personas, especialmente para los adultos
mayores-, hace énfasis y señala la
fuerza que puede adquirir un sabio comentario, una sabia idea, o una sabia
propuesta, cuando sabe tocar las fibras más sensibles de la naturaleza humana y
arrastrar con el ejemplo no sólo a un pequeño grupo, sino a naciones y países
enteros. Seguramente sin intención explícita, Juárez encontró eco, fue capaz de
trascender en el tiempo y en el espacio, hacer conciencia de su quehacer político y encontró
solidaridad perenne a su causa.
En una época en la
que se carecía del desarrollo tecnológico que existe hoy día, Juárez tuvo la
capacidad suficiente para iluminar la razón, la inteligencia y la justicia de
los ciudadanos del mundo. Por ello también
es célebre su profunda frase que sigue vigente aún en los tiempos actuales: “Entre los individuos, como entre las
naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.