martes, 31 de julio de 2012

LAS PERSONAS SE ARREGLAN EN CABELLO TODOS LOS DÍAS… ¿POR QUÉ  NO EL CORAZÓN?                                        
Proverbio Chino
HIPERTENSION ARTERIAL SISTEMICA


La hipertensión arterial sistémica en los adultos mayores constituye un problema de salud pública, ya que se presenta en más del 50% de este grupo poblacional. Desafortunadamente, solo uno de cada tres hipertensos es diagnosticado a tiempo y los otros dos se enteran de su enfermedad cuando presentan alguna complicación en el corazón (infarto), en el cerebro (embolia cerebral) y en el riñón (insuficiencia renal). Por tal motivo, es fundamental establecer una campaña permanente para la detección oportuna y prevención de la hipertensión arterial.
La hipertensión arterial sistémica se refiere al aumento de la presión que ejerce la sangre sobre las arterias, debido a la rigidez que presentan estos vasos sanguíneos y la acumulación de placas de grasas (ateromas) en la pared interna de las arterias, lo cual provoca una disminución de sangre en órganos vitales como el corazón, el riñón y el cerebro. Esto se puede complicar cuando la presión  ejercida sobre los ateromas provoca que estos se separen de la pared arterial formando un émbolo, el cual puede ocluir los vasos sanguíneos del corazón o del cerebro provocando un infarto cardiaco o una embolia cerebral.
La presión arterial está conformada por una presión sistólica  y una diastólica. La presión sistólica es la cifra más alta, la cual se refiere a la presión que ejerce la sangre en el momento que el corazón se contrae (sístole cardiaca) para distribuir la sangre a todo el organismo y la diastólica, la cifra más baja, es la fuerza que ejerce la sangre en el momento que el corazón se relaja (diástole cardiaca).
La presión arterial se evalúa de manera indirecta a través de un baumanómetro y un estetoscopio, las cifras normales durante el envejecimiento son de 120 a 140 milímetros de mercurio (mm Hg) para la sistólica y de 70 a 90 mm Hg para la diastólica.
La presión arterial se reporta anotando las dos cifras separadas por una ( / ), se registra primero la sistólica y después la diastólica. Ejemplo PA 160/100 (presión arterial sistólica de 160 y diastólica de 100).
Al respecto, se ha señalado que los adultos mayores normalmente tienen una presión arterial más alta que los jóvenes, por lo que algunos médicos consideran como cifras normales de hasta 160 mm Hg para la sistólica y 95 mm Hg para la diastólica. No obstante se ha demostrado que una presión sanguínea menor de 140/90 mm Hg protege contra infartos al miocardio y embolias cerebrales.
Los signos y síntomas más frecuentes de la hipertensión arterial son dolor de cabeza, escuchar zumbidos, ver destellos de luces, hinchazón de piernas, sangrado de la nariz, aumento de la frecuencia cardiaca, percepción de los latidos del corazón, dificultad para respirar y dolor opresivo en el pecho durante algún esfuerzo. Es importante señalar que un alto porcentaje de personas no presenta ninguna molestia, de ahí que con frecuencia se le denomine a la hipertensión arterial, como el “asesino silencioso”. Por tal motivo, se les debe medir mensualmente la presión arterial a todos los adultos mayores independientemente de las molestias que tengan. No obstante, si aparece algún signo o síntoma se le debe evaluar las veces que sea necesario en cualquier momento.
Por otro lado, debemos aclarar que las cifras de la presión arterial son individualizadas, de ahí, la importancia de que todas las personas adultas mayores se midan la presión arterial cada mes para que conozcan cuál es su presión arterial normal. Por tal motivo, si una persona  normalmente  tiene una presión arterial de 110/70 mm Hg y se le incrementa a 140/90 mm Hg, aunque las cifras se encuentren dentro de los límites normales  debe ser diagnosticado como hipertenso e iniciar el tratamiento médico.
Los factores de riesgos para la hipertensión arterial son el sobrepeso, tabaquismo, alcoholismo, ingesta abundante de sal, dieta rica en grasas saturadas, escasa actividad física, rasgos de personalidad hostil, estilo de vida agitado con preocupaciones constantes y padecer diabetes mellitus
Las principales complicaciones de la hipertensión arterial son el infarto al miocardio, debido a una disminución en el aporte sanguíneo y oxigeno al tejido del corazón, provocando muerte del tejido cardiaco y alteración en el funcionamiento (disminución o alteración en la fuerza de contracción y arritmias).
La embolia cerebral se presenta por la oclusión de las arterias cerebrales por trombos, provocando enfermedad vascular cerebral, secuelas en el lenguaje y parálisis de alguna parte del cuerpo.
La medida más importante para la hipertensión arterial durante el envejecimiento es detectarla a tiempo, por lo que debe registrar su presión arterial mensualmente, independientemente que tenga o no sintomatología, además debe mantener un peso adecuado y disminuir el consumo de sal, eliminar el tabaquismo y el consumo de bebidas alcohólicas (excepto si acostumbra beber una copa de vino tinto al día durante la comida), no usar manteca de cerdo para guisar los alimentos, de ser posible prepararlos con aceite de oliva, realizar ejercicio (mínimo caminar 3 kilómetros al día), participar en grupos de auto ayuda con el fin de mitigar el estrés a través del intercambio de experiencias con sus compañeros ante la problemática familiar o social que vive, si es diabético, mantener un control estricto de su padecimiento. Por otro lado, a las personas que se les diagnostique hipertensión arterial, no deben olvidar que dicho padecimiento no se cura, solo se controla.
Algunas veces el ejercicio físico, la disminución de peso y las medidas dietéticas son suficientes para controlar la presión arterial, por lo que no requiere de la administración de medicamentos, aunque se debe continuar  con el mismo estilo de vida para que no aumente la presión arterial. Asimismo, si el médico le indica algún fármaco con el cual se ha controlado su presión arterial, no debe suspenderlo suponiendo que ya está curado, ya que si deja el medicamento reaparecerá la hipertensión arterial. Por tal motivo una persona hipertensa debe mantener un control médico toda la vida, aunque el tratamiento indicado le funcione de manera adecuada.
Además de las cifras de la presión arterial, el adulto mayor debe vigilar su perfil de lípidos (grasas) en sangre; la concentración sanguínea colesterol total debe estar entre 160 y 240 mg/dl; los niveles de lipoproteínas de alta densidad (HDL) o colesterol bueno deben ser mayores de 45 mg/dl; la concentración de lipoproteínas de baja densidad (LDL)o colesterol malo debe ser menor de 100 mg/dl y los triglicéridos deben ser menores de 200 mg/dl. La medición del perfil lipídico se debe llevar a cabo cada 6 meses en los hipertensos y cada año en los normo tensos (sin hipertensión arterial).
Una medida ampliamente indicada para evitar la formación de trombos es el consumo diario de acido acetil salicílico (aspirina) de 75 a 300 mg al día.  
CÓMO TRATAR A LOS ANCIANOS
(1ª. Parte)


El problema que para las familias suponen las personas de edad avanzada se plantea incluso en lo más elemental: no sabemos ni cómo referirnos a ellas. Tercera edad, personas mayores, viejos, abuelos, ancianos... Cada expresión tiene sus connotaciones, la elección no es baladí.
En el fondo, este problema de denominación manifiesta la incertidumbre que padecemos ante los grupos socialmente menos favorecidos, o marginados de la vida cotidiana. ¿Dónde los colocamos? ¿Cómo los valoramos? ¿Cómo los tratamos? ¿Qué hacer para que no se auto marginen, para que intervengan en el devenir de la sociedad? Un matiz importante: este desconcierto ante el fenómeno de la vejez lo muestran las familias y las generaciones más jóvenes, pero también las propias personas de edad avanzada.
Convengamos en que la imagen que sobre la vejez trasmite las sociedades económica y socialmente desarrolladas dista mucho de resultar atractiva o envidiable. En parte, puede explicarse por la decepción de contemplar que se va perdiendo el sitio, el protagonismo, el poder físico, intelectual, sexual, económico, laboral. Es una situación, aceptémoslo, compleja, con aspectos objetivamente negativos y difícil de ser percibida como deseable. Y más en un mundo en que el deseo se ha erigido en el motor de la vida económica e incluso en móvil de decisiones en el espacio de lo personal.
La sociedad excluye a los ancianos y ellos mismos parecen en muchos casos dispuestos a arrinconarse en el furgón de cola, el de los menos activos. Desde esas dos dimensiones complementarias debemos contemplar la situación: qué podemos hacer por el colectivo de los viejos y qué pueden hacer ellos por sí mismos. Para empezar, una de las asignaturas pendientes de esta sociedad que envejece a un ritmo que demógrafos, economistas y psicólogos no dudan en calificar de preocupante, es cómo cambiar la imagen del envejecimiento, paso indispensable para que tanto las personas que entran en esa fase vital como la sociedad en general modifiquen sus actitudes ante los ancianos.
Fuente:  http://seminarioabierto.com/consejeria22.htm
DECLARACIONES DE LA FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE LA VEJEZ SOBRE LOS DERECHOS Y LAS RESPONSABILIDADES DE LAS PERSONAS DE EDAD AVANZADA (1ª.Parte)

Responsabilidades:
En constancia con los valores individuales y en tanto que la salud y las circunstancias personales lo permitan, las personas de edad avanzada deberán tratar de:1) Permanecer activos, capaces, confiados en el esfuerzo propio y útiles.
2) Aprender o aplicar principios sanos de salud física y mental a su propia vida.
3) Aprovechar los programas de alfabetización que se les ofrezca.
4) Hacer planes para la vejez y la jubilación.
5) Actualizar sus conocimientos y aptitudes.
6) Ser flexibles, justo con los demás miembros de la familia, en lo que se refiere a ajustarse a las demandas de las relaciones cambiantes.
7) Compartir sus conocimientos y experiencias con las generaciones más jóvenes.
8) Participar en la vida cívica de su sociedad.
9) Desarrollar posibles formas de prestación de servicio a la comunidad.
10) Adoptar decisiones acerca de la atención de la salud informando la medico y familiares en caso de sufrir enfermedades incurables.

Los derechos:
Las personas de edad avanzada tienen derechos:

1) A vivienda, alimentos, agua, ropa y atención sanitaria adecuada mediante el suministro de ingresos, el apoyo de la familia y la autoayuda.
2) A trabajar y hacer uso de otras oportunidades de generación de ingresos sin barreras basadas en la edad.
3) A jubilare y a participar en la determinación del momento y la forma en que han de retirare de la fuerza de trabajo.
4) A tener acceso a los programas educativos y de capacitación, con objeto de mejorar la alfabetización, facilitar el empleo y permitir la planificación y adopción de decisiones con conocimiento de causa.
5) A vivir en ambientes seguros y adaptables a sus preferencias personales y a sus capacidades cambiantes.
6) A residir en su propio hogar durante todo el tiempo como sea posible.
7) A seguir integrados a la sociedad y a participar activamente en ella, incluido e proceso de desarrollo y la formulación y aplicación de políticas que afecten directamente a su bienestar.
8) A compartir sus conocimientos, sus capacidades, sus valores y su experiencia con las generaciones más jóvenes.
9) A tratar de encontrar y desarrollar oportunidades de prestar servicios a la comunidad y de servir como voluntarios en cargos apropiados a sus intereses y capacidades.
10) A crear movimientos o asociaciones de personas de edad avanzada.
11) A recibir apoyo y cuidados de la familia, de acuerdo con la situación de esta.
12) A recibir servicios de salud que los ayuden a mantener o volver a adquirir un nivel óptimo de bienestar físico, mental y a impedir o retrasar las enfermedades.
13) A tener acceso a servicios sociales y jurídicos con objeto de mejorar sus posibilidades de autonomía y de brindarles protección y cuidados.
14) A utilizar niveles apropiados de atención en instituciones que le proporcionan protección, servicios de rehabilitación y estímulo social y mental en un ambiente humano y seguro.
15) A ejercer sus derechos humanos y sus libertades fundamentales cuando residan en instituciones de albergue, de atención o de tratamiento, incluido el pleno respeto a su dignidad, creencias, necesidades, y su vida privada, y el derecho a adoptar decisiones acerca de la atención que reciban y de la calidad de su vida.

Plenitud humana :
16) A hacer uso de todas las oportunidades para desarrollar plenamente su potencial.
17) A tener acceso a los recursos educacionales, culturales, espirituales y recreativos de la sociedad.
(2ª. Parte: septiembre 2012)
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Actividad física y actividad cognitiva

En una oportunidad anterior, intenté aproximarme a la comprensión de lo que es la “dimensión viso-espacial”.  Esta vez, deseo comentar un tema que debe ser de sumo interés especialmente para las personas de la tercera edad, porque se sabe que el envejecimiento del cerebro produce cambios de tamaño y forma como consecuencia de un déficit en el tejido nervioso y que ciertos casos de envejecimiento se asocian a trastornos de la mente como son las demencias.
La intención de inicio, es presentar una visión positiva y propositiva del tema, que colabore con la erradicación de prejuicios y estereotipos vinculados a la edad y motivar a los interesados a efectuar un cambio de actitud primero y de rutinas después, que les permita vivir en mejores condiciones y con mejor calidad de vida.
El psicólogo y neurocientífico  Shlomo  Breznitz, dice que igual que las personas se ocupan de cuidar su cuerpo para mantener una buena salud física, los ejercicios mentales pueden ayudarles a mantener una buena salud cognitiva.  Sin embargo, tales ejercicios sólo son útiles para mejorar la salud cognitiva si ayudan a combatir la repetición y la rutina en las actividades que se realizan.
Me parece que aquí radica la importancia del comentario científico y es donde se debe enfocar la atención para apropiarse de una información a todas luces útil.  Si se toma en cuenta la opinión científica, los adultos mayores especialmente, se conducen de manera rutinaria, son personas con hábitos arraigados y éste es un comportamiento que va a en contra del buen funcionamiento de un cerebro saludable.  El principal requisito entonces, es cambiar de rutinas, innovar las actividades, dejar de hacer lo mismo que a lo largo de los años se ha realizado y sustituirlo con actividades distintas; o bien, hacer las mismas actividades de diferente manera. En la medida que se buscan nuevas alternativas de ocupación, se “obliga” al cerebro a adaptarse a un nuevo entorno lo cual redunda en beneficio de un cerebro en evolución, no decadente. 
La rutina acaba con la capacidad cognitiva. Entonces, la recomendación es cambiar de hábitos, aprender nuevas cosas, aprender idiomas, aprender oficios, leer, escribir, caminar nuevos caminos, hacer nuevos amigos, mantener apertura de mente en la apreciación de los problemas del entorno social y familiar, aprender sobre la salud de los viejos para cuidarse mejor, jugar juegos mentales. El reto consiste en alimentar periódicamente a la mente con información nueva, fresca, diferente. Cuando las actividades ya se realicen de manera automática y rutinaria, llegó el momento de cambiar de estrategias, hacer uso de la creatividad e ir en la búsqueda de nuevos logros.  El cerebro tiene la capacidad de seguir aprendiendo en tanto se le den los elementos necesarios para ello.


El abuelo con noventa y tantos años, sentado débilmente en la banca del patio, no se movía, solo estaba sentado cabizbajo mirando sus manos. Cuando me senté a su lado no se dio por enterado y entre más tiempo pasaba, me pregunté si estaba bien. Finalmente, no queriendo estorbarle sino verificar que estuviese bien, le pregunté cómo se sentía.
Levantó su cabeza, me miró y sonrió. “Si, estoy bien, gracias por preguntar”, dijo en una fuerte y clara voz.
“No quise molestarte abuelo, pero estabas sentado aquí simplemente mirando tus manos y quise estar seguro de que estuvieras bien” le expliqué.
“¿Te has mirado alguna vez tus manos? Preguntó. Quiero decir, ¿realmente mirarte las manos?
Lentamente abrí mis manos y me quedé contemplándolas. Las voltee, palmas hacia arriba y luego hacia abajo. No creo, realmente nunca las había observado mientras intentaba averiguar qué quería decirme. El abuelo sonrió y me dijo: Detente y piensa por un momento acerca de tus manos, cómo te han servido a través de los años. Estas manos aunque arrugadas, secas y débiles han sido las herramientas que he usado toda mi vida para alcanzar, agarrar y abrazar la vida.
Ellas pusieron comida en mi boca y ropa en mi cuerpo. Cuando niño, mi madre me enseñó a plegarlas en oración. Ellas ataron los cordones de mis zapatos y me ayudaron a ponerme mis botas.
Han estado sucias, raspadas y ásperas, hinchadas y dobladas. Se mostraron torpes cuando intenté sostener a mi recién nacido hijo. Decoradas con mi anillo de bodas, le mostraron al mundo que estaba casado y que amaba a alguien especial.
Ellas temblaron cuando enterré a mis padres y esposa y cuando caminé por el pasillo con mi hija en su boda. Han cubierto mi rostro, peinado mi cabello y lavado y limpiado el resto de mi cuerpo.
Han estado pegajosas y húmedas, quebradas y secas. Y hasta el día de hoy, cuando casi nada más hay en mi, siguen trabajando bien, estas manos me ayudan a levantarme y a sentarme, y siguen plegando para orar.
Estas manos son la marca de dónde he estado y la rudeza de mi vida. Pero más importante aún, es que son ellas las que dios tomará en las suyas cuando me lleve a casa. Y con mis manos, El me levantará para estar a su lado y allí utilizaré estas manos para tocar su rostro
TIEMPO LIBRE



El tiempo es un bien escaso… poder utilizarlo un privilegio.

Recreación y ocio podría decirse que son sinónimos del tiempo libre.

En esta sección hemos hablado de la necesidad de movernos, de recrearnos y de disfrutar del ocio de diversas formas… pero ¿que es la recreación? … ¿que es el ocio? Veremos.
La palabra recreación se deriva del latín y significa restaurar y refrescar a la persona. Recreación son todas aquellas actividades y situaciones en las cuales está en marcha la diversión, así también a través de ella la relajación y el entretenimiento.

Sus características:
·         Ocurre en el tiempo libre
·         Es voluntaria
·         Prevé gozo y placer
·         Le da oportunidad al individuo de manifestar su creatividad
·         Prevé un cambio de ritmo en la vida cotidiana
·         Es sana, constructiva y socialmente aceptable
·         Incluye actividades tanto pasivas como activas.

Recreación activa implica acciones en específico de la persona que mientras presta unos servicios, disfruta de los mismos. Por ejemplo, los paseos por el campo que estimula las posibilidades físicas e intelectuales.
Recreación pasiva ocurre cuando el individuo recibe la recreación sin cooperar en ella porque disfruta de ella, por ejemplo ir al cine, visitar un museo, etc..

Valor recreativo de la recreación en la población:
·         Contribuye a la dicha humana y al bienestar físico y mental del individuo
·         Contribuye a la estabilidad emocional al permitir el descanso y relajación
·         Se emplea en la rehabilitación mental del individuo
·         Es un agente potente de la prevención del crimen y la delincuencia
·         Contribuye a la erradicación de accidentes
·         Desarrolla lideratos
·         Ayuda a la rehabilitación del individuo
·         Despierta y realiza las potencialidades del ser humano

Desarrollo Humano Relaciones
a)    En relación con el individuo
b)    En relación con el grupo social
c)    En relación con el medio ambiente

Necesidades
·         Según Max-Neef son: Ser, Tener, Hacer y Estar
·         Subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad, libertad.

Ocio
El tiempo libre que sobre luego de las obligaciones formales del trabajo y necesidades de la vida.
El tiempo libre, que permite a una persona hacer lo que desee.
El ocio sería, por tanto, el periodo que sobra y que se crea o produce después de haber cumplido con las necesidades básicas, a saber: dormir, comer, el aseo personal, trabajar, el tiempo que le toma a uno trasladarse de un sitio a otro.

·         El interés por las muchas formas de recreación varía según la edad, intereses, habilidad física, capacidad intelectual y deseos del individuo por cambiar. Por otro lado, algunas actividades se pueden practicar y son disfrutables a través de toda la vida.
·         En la tercera edad, la actividad física – intelectual y el interés por el entorno canalizadas a través de actividades de recreación y ocio productivo, favorecen el bienestar y la calidad de vida de los adultos mayores.

Beneficios para las personas de la tercera edad:
·         Potenciar la creatividad y la capacidad estética y artística.
·         Favorecer el mantenimiento de un funcionamiento psicomotriz
·         Fomentar los contactos interpersonales y la integración social
·         Mantener, en cierto nivel, las capacidades productivas.
·         Hacer frente a las disminuciones y limitaciones físicas
·         Mantener equilibrio, flexibilidad y expresividad corporal
·         Servir como medio de distensión y enfrentamiento activo al estrés y las tenciones propias de esta etapa de la vida.
·         Contribuir al mantenimiento del sentimiento de utilidad y autoestima personal.
·         Fomentar la creatividad y productividad en el uso del tiempo libre.
·         Fomentar la comunicación, la amistad y el establecimiento de relaciones interpersonales ricas y variadas.
·         Propiciar el bienestar y la satisfacción personal.

Movernos es nuestra naturaleza… el reposo total es la muerte.

lunes, 2 de julio de 2012

 
NO HAY ÁRBOL QUE  EL VIENTO NO HAYA
SACUDIDO”  
Proverbio Hindú
CANCER

El cáncer es uno de los padecimientos más frecuentes que ocurren durante el envejecimiento, casi la mitad de todas las neoplasias malignas se presentan en los adultos mayores; representa la segunda causa principal de muerte después de las enfermedades cardiovasculares. Desde el punto de vista biológico el cáncer se caracteriza por un crecimiento celular desordenado, acelerado e incontrolable, por tal motivo, se le detecta en la mayoría de las veces como una tumoración.
Las células cancerosas, en términos generales, pierden su función para la que estaban programadas y se especializan en reproducirse anormalmente, provocando alteraciones funcionales al órgano atacado, afectando además los órganos adyacentes por compresión o invasión. Al respecto, el cáncer iniciado en un sitio puede propagarse a otros  órganos distantes debido a la estrecha vinculación funcional, estructural y al origen de las células.
Los sitios en donde aparece con mayor frecuencia el cáncer son pie, estómago, pulmón y próstata (hombre); cuello de la matriz y mamas (mujer), aunque las neoplasias malignas se pueden instalar en cualquier órgano.
Las medidas preventivas contra el cáncer se orientan hacia los ajustes en el estilo de vida, tales como ejercicio físico diario moderado, una alimentación adecuada en calorías, rica en frutas y verduras antioxidantes (brócoli, jitomate, jugo de uva, jugo de zanahoria), complemento dietético con cereales de alto residuo (salvado), incluir en la dieta el pescado por lo menos una vez por semana. Así  mismo, se debe mantener un peso adecuado suspender el tabaquismo y el consumo de alcohol, evitar exponerse al sol directo durante mucho tiempo y acudir con el médico por lo menos cada 6 meses aunque no tenga ninguna molestia.
Para detectar a tiempo los problemas prostáticos es recomendable que acuda con el médico una vez al año para que se le realice una exploración prostática vía rectal y medición del antígeno prostático. Asimismo, las mujeres deben acudir anualmente a su médico para que se les practique una exploración mamaria. Además, tanto a hombres como a mujeres se les debe practicar una radiografía de tórax cada año.
Los signos (alteraciones corporales objetivas y medibles) y síntomas (molestias subjetivas), se presentan de acuerdo con el sitio afectado. Al respecto, los problemas prostáticos, se manifiestan inicialmente  con una disminución en el chorro de la orina, la persona refiere que le cuesta trabajo orinar, que debe hacer esfuerzo (pujar) para sentir que ha orinado completamente, posteriormente puede tener deseos frecuentes de orinar y quedarse con ganas de seguir orinando. Esto puede evolucionar hasta que el individuo no pueda orinar nada y requiera la instalación de una sonda vesical.
En el caso del cáncer de mama en la mujer, la mayoría de las veces se detecta a través de la palpación de una tumoración mamaria, por lo que debe aprender y llevar a cabo periódicamente la autoexploración de mamas (cada mes); no obstante, en ocasiones es necesario indicarle una mamografía. También debe asistir a los servicios de medicina preventiva para el estudio de  detección temprana de cáncer cérvico-uterino mediante el estudio citológico de Papanicolaou.
Por otro lado, la sintomatología puede ser inespecífica, refiriendo la persona malestar general, disminución del apetito (hiperoxia), pérdida de peso no intencionada, tos crónica de más de tres meses de duración, trastornos en las evacuaciones y confusión mental. Si un adulto mayor presenta esta  sintomatología debe acudir con su médico.
El antecedente de tabaquismo, aunque en la actualidad ya no fume, el tabaquismo pasivo (inhalar el humo de otra persona que este fumando) y la inhalación de humo de carbón o leña en forma crónica constituyen factores de riesgo de cáncer pulmonar. Asimismo, la gastritis crónica, la
Indigestión frecuente, los vómitos con sangre y las evacuaciones de color negro son sugestivos
De cáncer de estomago.
Por otro lado, los sangrados transvaginales después de la última regla (menopausia) deben ser investigados por el médico, también las lesiones crónicas en la piel de zonas expuestas al sol deben ser motivo de consulta médica.
 *Dr. Víctor M. Mendoza Núñez.

LAS BENDICIONES DEL ANCIANO

Benditos sean aquellos que excusan mi torpeza al caminar y la poca firmeza de mi pulso.
Benditos los que comprenden que ahora mis oídos mucho se esfuerzan para escuchar lo que me dicen.
Benditos aquellos que se dan cuenta de que mis ojos están empañados y limitado mi sentido del humos.
Benditos los que disimulan el que alguna vez derramé el café sobre la mesa.
Benditos los que sonrientes se detienen a charlar conmigo por unos instantes y escuchan con interés lo que les digo.
Benditos los que excusan mis olvidos y nunca me dicen: eso ya lo habías contado.
Benditos los que me permiten evocar recuerdos felices del pasado que me hacen sentir querido y respetado y que no estoy solo en el mundo.
Benditos aquellos capaces de comprender lo difícil que me es hallar fuerzas para sobrellevar mi vida.
Benditos aquellos que de vez en vez se acuerdan de hacerme algún obsequio por sencillo y pequeño que éste sea.
Benditos aquellos que con amor me ayudan a esperar tranquilo y sonriente el día de mi partida
Los cuidadores

En esta ocasión tengo el interés  de hacer algunas consideraciones sobre las relaciones interpersonales con la familia.  En épocas pasadas, hablando de parejas jóvenes, lo habitual era que el hombre saliera a trabajar y la mujer se quedara en casa al cuidado de los hijos; el hombre era el proveedor de todo lo necesario y la responsabilidad del cuidado doméstico era de la mujer.  Ese esquema de responsabilidades familiares contenía una muy marcada delimitación de obligaciones y actividades tanto para uno como para el otro miembro al frente de las familias y cada uno de los padres, tutores o responsables del cuidado de los chicos, se hacía cargo de atender asuntos distintos, que en conjunto cubrían los requerimientos de cada hijo.
Actualmente, el modelo de responsabilidad, presupone en realidad que no hay delimitación en las funciones: los dos miembros de la pareja -cuando hay una pareja al frente del núcleo familiar-  asumen la responsabilidad en forma compartida.  Ambos participan en todas las labores domésticas y del cuidado de los hijos. Ambos salen a trabajar, ambos conjuntamente o en forma separada, pueden llevar a los hijos a la escuela, a una visita al médico, a una fiesta escolar, etc. En la mayoría de los casos, comparten las responsabilidades atendiendo a la propia ocupación y disponibilidad de tiempo de cada uno.
Especialmente cuando los hijos son pequeños, y a pesar de la participación de ambos padres, con frecuencia tienen necesidad de recurrir al apoyo de guarderías, escuelas, personas de confianza, cuidadoras a domicilio, etc. que  se hagan cargo de los infantes por períodos de tiempo largos.  Estos espacios de tiempo que requieren el apoyo, generalmente coinciden con sus horarios de trabajo.
En el otro extremo de la responsabilidad familiar y tratándose de parejas no tan jóvenes,  están los jubilados, quizá viudos y viudas, individuos que tienen a cargo la responsabilidad de cuidar a sus nietos, adultos mayores enfermos o limitados ya por algún tipo de discapacidad.  La longevidad ha aumentado en los últimos años y sigue en crecimiento, pero ese logro en la prolongación de la edad biológica, crea responsabilidades de cuidado y atención muy especializada para las personas que así lo requieren.
Entonces, vivimos en una sociedad de “cuidadores” por necesidad o por obligación.  En España hablan de una generación “sandwich” derivada del envejecimiento poblacional.  La familia en muchos casos, no se reduce a los hijos y los nietos; incluye abuelos y bisabuelos. El sandwich se organiza entonces en dos pisos y la necesidad de cuidados a diferentes niveles se torna difícil o costosa para cualquier jefe de familia actual.
En atención a estas consideraciones, es menester hacer consciencia de lo importante que es compartir responsabilidades y aprender a ser cuidadores mientras se esté en condiciones adecuadas para auxiliar a otros sin descuidarse;  nadie sabe si en el futuro se tenga la necesidad de un cuidador obligado o voluntario, gratuito o remunerado.
El tercer acto de la vida 
                                                                                            (Jane Fonda)


Ha habido muchas revoluciones en el último siglo, pero quizás ninguna tan significativa como la revolución de la longevidad. Hoy en día vivimos, en promedio, 34 años más que nuestros bisabuelos. Piensen en eso. Es toda una segunda vida de adulto que se ha añadido a la nuestra. Y, sin embargo, en la mayor parte, nuestra cultura no ha aceptado lo que esto significa. Todavía vivimos con el viejo paradigma de la edad como un arco.
Esta es la vieja metáfora. Nacemos, llegamos a la cima, a la mitad de la vida y declinamos en la decrepitud. La edad como una patología. Sin embargo, muchas personas hoy en día,  filósofos, artistas, médicos, científicos,  tienen una nueva perspectiva de lo que yo llamo el tercer acto: las tres últimas décadas de la vida. Se dar cuenta que en realidad es una nueva etapa de desarrollo, con su propio significado, tan diferente de la mediana edad como la adolescencia difiere de la infancia.
Todos deberíamos preguntarnos- ¿Cómo podemos utilizar este tiempo? ¿Cómo podemos vivirlo con éxito? ¿Cuál es la nueva metáfora apropiada para el envejecimiento? Me he pasado el último año investigando y escribiendo sobre este tema, y he llegado a encontrar que una metáfora más apropiada para el envejecimiento es una escalera; la ascensión del espíritu humano que nos ha dado la sabiduría, la integridad y la autenticidad. La edad, ya no como una patología, sino como un potencial. Y ¿adivinen qué? Este potencial no es para unos cuantos afortunados. Resulta que la mayoría de las personas mayores de 50 años se sienten mejor, tienen menos estrés,  son menos hostiles, menos ansiosas; tendemos a ver más rasgos comunes, que las diferencias. Algunos de los estudios, dicen incluso que somos más felices. Esto no es lo que esperaba, créanme.
Vengo de una familia de depresivos. A medida que me acercaba a los 50 años de edad, cuando me despertaba en la mañana, mis primeros seis pensamientos eran todos negativos. Y me asuste. Pensé, ¡oh Dios mío! Voy a convertirme en una vieja cascarrabias. Pero ahora estoy justo a la mitad de mi propio tercer acto, me doy cuenta de que he sido más feliz. Tengo una fuerte sensación de bienestar. Y he descubierto que cuando uno está en la vejez, contrariamente a verla desde fuera, el miedo desaparece. Nos damos cuenta de que seguimos siendo nosotros mismos, tal vez aun más.
Picasso dijo una vez: “Se necesita mucho tiempo para llegar a ser joven”. No quiero idealizar el envejecimiento. Obviamente no hay garantía de que sea un tiempo para disfrutar y desarrollarse. Es en parte una cuestión de suerte, en parte de origen genético. De hecho, una tercera parte es de origen genético. Y no hay mucho que podamos hacer al respecto. Pero eso significa que dos tercios de nuestro éxito en el tercer acto depende de nosotros mismos.
Vamos a hablar de lo que podemos hacer para que esos años añadidos sean todo un éxito y marquen una diferencia positiva.  Ahora permítanme decir algo sobre la escalera que puede parecer una metáfora extraña para los adultos mayores, ya que para muchos las escaleras son todo un reto, en los que me incluyo. Como ustedes aben, el mundo entero funciona según una ley universal: la entropía, la segunda ley de la termodinámica. La entropía significa que todo en el mundo, todo, está en un estado de deterioro y decadencia, el arco. Solo hay una excepción a esta ley universal, el espíritu humano que puede continuar ascendiendo –la escalera-  hasta la plenitud, la autenticidad y la sabiduría. Y he aquí un ejemplo de lo que quiero decir. Esta ascensión puede ocurrir incluso frente a desafíos físicos extremos.
Hace unos tres años, leí un artículo en el New York Times. Se trataba de un hombre llamado Neil Selinger -57 años, abogado retirado-  que se había unido al grupo de escritores de la Universidad Sarah Lawrence donde había descubierto su vena de escritor. Dos años más tarde, fue diagnosticado con esclerosis lateral, o mal de Lou Gehring. Es una enfermedad terrible, es mortal. Dana el cuerpo, pero la mente permanece intacta. En este articulo, el Sr. Selinger escribió lo siguiente para describir lo que le estaba pasando. Y cito: “A medida que mis músculos se debilitan, mi escritura se hacía más fuerte. A medida que perdía lentamente el habla, ganaba mi voz. A medida que disminuía, crecía. A medida que perdía tanto, comencé finalmente a encontrarme a mi mismo”   Neil Selinger, para mí, es la encarnación del ascenso por la escalera en su tercer acto.
Todos nacemos con el espíritu, todos, pero a veces decae por los retos de la vida, la violencia, el maltrato, la negligencia. Tal vez nuestros padres sufrieron de depresión; tal vez ellos no fueron capaces de amarnos, más allá de nuestro éxito o fracasos. Tal vez todavía padecemos de un dolor psíquico, una herida. Tal vez pensamos que muchas de nuestras relaciones no han culminado y tenemos la sensación de estar “inconclusos”. Tal vez la tarea del tercer acto es terminarnos a nosotros mismos.
Para mí, esto comenzó cuando me acercaba al tercer acto, mi cumpleaños número 60. ¿Cómo se suponía que iba a vivir? ¿Qué se suponía que debía cumplir en este acto final? Y me di cuenta de que, con el fin de saber a dónde iba, tenía que saber donde había estado. Así que regrese al pasado en mi memoria y estudie mis dos primeros actos tratando de ver quién era yo entonces, -quien era yo en realidad- no aquella que mis padres u otras personas me dijeron que era o me trataron como si lo fuese. Sino ¿Quién era yo, quienes eran mis padres – no como padres- sino como personas? ¿Quiénes eran mis abuelos? ¿Cómo trataron a mis padres? Este tipo de cosas.
Un par de años descubrí que este proceso por el que había pasado se llamaba, según los psicólogos, “hacer una revisión de la vida”, y dicen que puede dar un nuevo significado, claridad y sentido a la vida de una persona. Ustedes descubrirán como yo, que muchas cosas que creían que ocurrieron por su culpa, muchas cosas que pensaban de sí mismos, realmente no tenían nada que ver con ustedes.  No fue su culpa, ustedes hicieron bien las cosas. Y ustedes serán capaces de volver atrás y perdonarlos y perdonarse a sí mismos. Serán capaces de liberarse de su pasado. Ustedes podrán cambian su relación con el pasado.
Ahora bien, mientras escribía esto, encontré un libro llamado “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl, un psiquiatra alemán que paso cinco años en un campo de concentración  nazi. Y escribió que, mientras se encontraba en el campamento, podía decir, si llegaban a ser liberados, quienes iban a poder salir adelante y quiénes no. Y escribió lo siguiente: “Nos pueden quitar todo lo que tenemos en la vida, excepto una cosa, la libertad de elegir cómo reaccionar ante una situación.  Eso es lo que determina la calidad de la vida que hemos vividos, no se trata de si hemos sido ricos o pobres, famosos o desconocidos, sanos o enfermos. Lo que determina la calidad de vida es cómo nos relacionamos con estas realidades, qué significado les damos, qué tipo de actitud adoptamos frente a ellas, qué estado de ánimo les permitimos activar”.
Tal vez el propósito central del tercer acto es volver y tratar, si es el caso, cambiar nuestra relación con el pasado. Resulta que la investigación cognitiva demuestra que somos capaces de hacer esto, se manifiesta neurológicamente por vías nerviosas creadas en el cerebro. Verán, que a través del tiempo, si reaccionaron negativamente a los acontecimientos y personas del pasado, se han establecido unas vías neuronales por medio de señales químicas y eléctricas enviadas a través del cerebro; y con el tiempo estas vías neuronales se fijan, se convierten en la norma, aunque sean dañinas para nosotros porque nos causan estrés y ansiedad. Sin embargo, si volvemos atrás y cambiamos nuestra relación, modificamos nuestra relación con las personas y acontecimientos del pasado, las vías neuronales pueden cambiar; y si somos capaces de tener sentimientos más positivos sobre el pasado, esto se convierte en la nueva norma; es como reiniciar un termostato.                                                                          Lo que nos hace sabios no es tener experiencias, es reflexionar sobre las experiencias que hemos tenido; además, nos ayuda a ser íntegros, nos trae sabiduría y autenticidad; nos ayuda a convertirnos en lo que podríamos haber sido.                                                                               
 Ahora, en nuestro tercer acto puede ser posible que regresemos al punto de partida y saberlo por primera vez. Y si podemos hacerlo, no será sólo para nosotras mismas. Las mujeres mayores representan la mayor población mundial. Si podemos volver atrás y redefinirnos y llegar a ser integras, esto va a crear un cambio cultural en el mundo y darán un ejemplo a las generaciones más jóvenes para que puedan repensar sus propias vidas.